Desde 2003, PANCRACIO ha querido llevar la creación artesanal al siglo XXI apoyándose siempre en tres pilares: el saber hacer de los maestros chocolateros, la búsqueda del mejor cacao y la implicación del arte entendido como una forma de hacer en todos sus procesos, desde la elaboración hasta la presentación. “Es más que un chocolate pensado para quienes disfrutan de los placeres, es una marca artesanal que cuida los detalles al máximo, combinando un diseño elegante, fusiones inesperadas de sabores y una calidad excepcional”, afirma Federico Martínez Weber, al frente de la marca desde 2018. La sede y el obrador están en Valencia. Desde la capital del Turia, en unas modernas instalaciones donde confluyen tradición y tecnología, endulzan al mundo. A los almacenes de lujo Neiman Marcus, Bergdorf Goodman, Selfridges, The Conran Shop o Harrods, pongo como testigo de esta expansión internacional del chocolate Pancracio. Su seña de identidad es fácilmente identificable; cajas de fondo blanco con las letras ribeteadas en negro, lazo de algodón con la marca impresa, las texturas del papel e, incluso y las proporciones de sus onzas grabadas con la inicial P. “Un buen diseño debe adaptarse siempre al contexto”, afirma el Premio Nacional de Diseño, Nacho Lavernia, responsable de la actualización de su imagen que “tiene una fuerza visual gracias a dos elementos: el logo y los blancos”.

El mundo PANCRACIO se compone de tres familias: Sabores; donde podemos encontrar Frutos secos caramelizados o Nibs con flor de sal que son auténticos súper ventas de la casa y tabletas de plantación, entre las que destaca 10 Tamarindos Madagascar y, recientemente para los amantes del chocolate más puro, una nueva categoría con tres intensidades del 70, 80 y 90% de cacao.

Entre las novedades destaca “50 Soles Perú”. En una finca rodeada de parques naturales en el país andino, se ha seleccionado una nueva variedad de habas, la Criollo Amazonia (Trinitario) que aporta un sabor típico de la región de notas ácidas y frutos rojos, tostado ligero y un sutil toque de madera. Dicen, los que lo han probado, que más que un chocolate, se trata de un viaje.

El mundo del chocolate es amplio y gracias al continuo I+D+i que aplican sus responsables, el catálogo abarca desde las “Rocas suizas” en diferentes versiones; chocolate negro, chocolate blanco o chocolate con leche, a los “Crujientes con barquillo”, “Frutos secos caramelizados” almendras, avellanas y pistachos se bañan en ese exquisito manto negro y las esferas macizas de chocolate negro.

PANCRACIO es el resultado de un proceso artesanal que va desde la tierra de origen del cacao hasta el obrador en Valencia. El proceso se inicia seleccionando los mejores ingredientes de las fincas de cultivo más exclusivas y continúa con una elaboración artesana y natural que potencia las características que lo hacen diferente e inigualable porque aúna artesanía e innovación.