Desde la cotización del Brent (crudo de referencia de Europa) cerca de 90 dólares el barril de hace pocas semanas, el alza del crudo se ha relejado hasta los 82 o 83 dólares actuales. Y la Agencia Internacional de la Energía (AIE) considera que la trayectoria en los próximos meses puede seguir ese camino a medida que la producción de petróleo se mantiene al alza.
El aumento del bombeo es uno de los factores que están posibilitando la moderación de los precios; y el incremento de la actividad llega básicamente desde Estados Unidos. Los datos señalan que las cotizaciones, también del West Texas (referente en Estados Unidos), están posibilitando además la rentabilidad de tecnologías como el fracking, que queda casi en hibernación cuando el crudo cotiza en el umbral de los 40 dólares.
La AIE destaca en su informe mensual como principal novedad que el incremento de la producción global de petróleo (en octubre creció en 1,4 millones de barriles diarios hasta 97,7 millones) se debe a la contribución de Estados Unidos, evolución que continuará previsiblemente y a un ritmo más pronunciado en noviembre y diciembre (1,5 millones de barriles diarios adicionales cada mes).
Incluso prevé que el país norteamericano será el principal contribuyente a la salida de más crudo en el mercado en 2022, cuando volverá a los niveles anteriores a la pandemia. «Los precios actuales proporcionan un fuerte incentivo para impulsar la actividad en ese país». señala la AIE, en línea con los datos que señalan el repunte de la tecnología fracking.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, había acusado meses antes a la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y a sus socios, liderados por Rusia, de poner en riesgo la recuperación económica mundial al negarse a acelerar el aumento del bombeo, ya que esa estrategia conllevaba el aumento de los precios en una etapa en la que ya aumentaba el consumo. La OPEP y sus aliados rechazaron cambiar sus metas pese a las tensiones inflacionistas que se extienden por el mundo.
Respecto al consumo, la agencia en su informe no varia apenas sus previsiones: un incremento de 5,5 millones de barriles diarios este año y de 3,4 millones en 2022. Pero, sí prevé un aumento de la oferta. Constata que el consumo de gasolina se refuerza de forma gradual en la medida que aumenta la movilidad, si bien cita un factor que puede influir en los próximos meses: la nueva ola de covid que afecta a Europa y una actividad industrial más débil de lo esperado.
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