El presidente de Mapfre, Antonio Huertas, reconoce que su compañía está dispuesta y cumple los requisitos para participar en la gestión del fondo de pensiones de empleo promovido por el Gobierno, pero solamente lo hará «bajo condiciones de neutralidad política».
Durante su intervención en el XII Encuentro del Sector Financiero, organizado por KPMG y el diario ‘Expansión’, Huertas resala que su grupo tiene «dimensión suficiente» para participar en este fondo. «Por supuesto que nos gustaría participar, es una oportunidad importante, tenemos experiencia y podríamos desarrollarlo», insiste.
Pero existen «ciertas incertidumbres» sobre una «potencial intromisión de elementos externos a la propia gestión técnica o profesional del fondo, que hay que mirar con cuidado». «Si entramos, será bajo esas condiciones de neutralidad política para que sean las cuestiones técnicas las que influyan en la gestión de esos fondos», advierte.
Además, la retribución debe ser «suficiente y razonable para poder llevar a cabo esa tarea», frente a la intención del Gobierno de una comisión máxima de gestión del 0,3%.
Por su parte, el gran competidor de Mapfre en España, el presidente de Mutua Madrileña, Ignacio Garralda, cree que la creación del fondo de pensiones de empleo de promoción pública «va en la buena dirección», aunque critica que se haga en detrimento de los planes individuales. Cree que el modelo a seguir sea el de las Entidades de Previsión Social Voluntaria (EPSV) del País Vasco.
«Creo que todo lo que sea apoyar los tres pilares (público, empresarial e individual) va en la buena dirección. Lo malo es que para vestir a un santo, que es el de empleo, han desvestido a otro santo, que es el de los planes individuales, bajando de 8.000€ a 1.500€ la aportación máxima que puedes deducirte del IRPF y eso está mal», señala.
Es bueno que se aumenten las deducciones fiscales y se apoye el plan de pensiones de empleo en la negociación colectiva para que crezcan las aportaciones, pero ve «complicado» que en la Comisión de Control haya funcionarios, representantes sindicales y profesionales de la gestora.
«Tenemos un modelo vasco que ha funcionado fenomenal, tiene el 37% en aportaciones de los fondos de empleo en relación a su PIB, cuando en España es del 3%-4%. Si tenemos un modelo rodado que funciona, vamos a imitarle, y las empresas de previsión social vascas son mucho más flexibles, tienen un órgano mucho más simple», apunta el presidente de Mutua.
«La verdad es que no sé muy bien por qué se limitan a las gestoras de fondos de pensiones y no de fondos de inversión, si realmente lo que define la competencia profesional es gestionar dinero de terceros», reconoce el presidente de Mutua, quien matiza que la compañía no tiene decidido si desea optar a ser la gestora del fondo público. «Si nos excluyen desde el principio, porque fija un requisito de 1.000 millones en fondos de pensiones bajo gestión, obviamente no hay nada que hacer», apunta.
Aprovecha para criticar la falta de información que reciben los ciudadanos sobre las pensiones que van a tener en el futuro, que les lleva a «ser optimista y pensar que recibirán la misma que sus padres». Además, los estímulos fiscales «son escasos». Y el sistema financiero «ha sido un poco miope», con comisiones que han sido «demasiado elevadas» y que han reducido la rentabilidad de esos productos.
Unespa avisa que no habrá 10 millones de trabajadores con planes de empleo
Como ya hizo la secretaria general de Unespa en la jornada de Deloitte, ABC y Mapfre el día anterior, la presidenta, Pilar González de Frutos, es tajante: el objetivo del anteproyecto aprobado por el Gobierno para regular los planes de pensiones de empleo, que contempla la incorporación de 10 millones de trabajadores hasta 2030 «no se va a cumplir claramente».
Denuncia que este «pretendido» fomento del ahorro en el ámbito empresarial supone la «desaparición virtual» del apoyo al ahorro individual, una situación «contraria» a la que se está desarrollando en los países desarrollados. «No solo no fomentamos el ahorro, sino que lanzamos el mensaje a los ciudadanos de que ahorrar de forma individual no es lo correcto», argumenta.
«No se ha hecho la menor alusión a quién va a financiar ese segundo pilar», a lo que se une la falta de incentivos para que pymes y micropymes se incorporen a este sistema, cuando tienen «muchas dificultades que gravitan sobre sus negocios».
El presidente de Inverco, Ángel Martínez-Aldama, en la misma línea, cree que, en lugar de producirse un trasvase de los planes de pensiones individuales a los de empleo, se ha producido un «reducción drástica» del sistema de incentivos al tercer pilar, compuesto por «trabajadores tan respetables como los del segundo pilar», pero que ahora van a tener «300 millones€ menos de aportaciones para su jubilación».
«Hemos confudido al ahorrador, hoy no sabe si mañana va a poder invertir en un plan individual o no, cuál va a ser la fiscalidad, si su empresa le va a ofrecer un plan de empleo o no», concluye.
El director general de Seguros defiende la reforma

El director general de Seguros y Fondos de Pensiones, Sergio Álvarez Camiña, en el ‘XII Encuentro del sector financiero’ organizado por KPMG y el diario ‘Expansión’.
El director general de Seguros y Fondos de Pensiones, Sergio Álvarez, responde que el anteproyecto para regular los planes de pensiones de empleo tiene como objetivo que los beneficios de las empresas se trasladen a los ahorradores, y que busca diferenciar de forma clara estos planes de empleo de los individuales.
«Para la gran mayoría de los ciudadanos, su principal patrimonio es el capital humano, su capacidad de generar rentas del trabajo y, precisamente, vincular las decisiones de ahorro al lugar donde los ciudadanos generan sus rentas parecen una decisión muy, muy acertada», argumenta. Y los planes de empleo tratan de hacer «partícipes, de alguna manera, de los beneficios de las compañías, de los resultados positivos de la actividad económica». «Hay que trasladar a los ahorradores esos beneficios generados por las empresas, esa mejora en la riqueza colectiva», insiste.
El anteproyecto diferencia entre el segundo y el tercer pilar «por primera vez» en los 30 años de regulación de los planes de pensiones. Éstos han captado122.000 millones de ahorro, con una composición «que posiblemente sea la contraria a la que quería los que impulsaron hace 30 años los planes de pensiones». Los individuales tienen 86.000 millones, y los de empleo, 36.000 millones.
Los planes de pensiones de empleo tienen un tamaño «muy reducido». De 1.300 planes, solo seis tienen un patrimonio superior a los 1.000 millones, y apenas 20 tienen un patrimonio superior a 250 millones. «Esto tiene consecuencias en el atractivo y en la confianza de los ahorradores en estos productos, y sobre la capacidad de ejecutar la implicación como accionistas o la influencia de estos fondos de pensiones en las entidades en las que participa, en los mercados en los que interviene e, incluso, en la interlocución con los poderes públicos», aduce Sergio Álvarez.
La reforma busca que «haya más planes de pensiones de empleo y no menos», y que «abarquen a colectivos que no estaban incluidos en el ámbito objetivo de los planes de pensiones», como las pymes o los autónomos.
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