Las inversiones energéticas siguen centralizadas en las tecnologías renovables, según los datos aportados por la Agencia Internacional de la Energía. Y crecen las plantas de eólica terrestre, la marina o las relacionadas con el uso del sol como fuente energética. Este año se superará el récord de 2020, con instalaciones nuevas que suman 290 megavatios. Si bien en su informe, la agencia advierte que el ritmo de crecimiento (un un 9% en 2021 respecto al año anterior) es insuficiente para que el mundo llegue a los objetivos previstos de descarbonización de la economía.
El organismo que depende de la OCDE celebra la tendencia al alza de las energías limpias, pero además de señalar que el ritmo de crecimiento es aún bajo, destaca que se enfrentan a desafíos como el aumento de los impuestos. Por el contrario, la subida de los precios de materias primas energéticas las hace más atractivas y rentables para los inversores.
Un escenario complejo, porque en opinión de la AIE, si los precios de los componentes y los materiales siguen tan elevados hasta finales de 2022, el coste de las inversiones será tan elevado que la capacidad de las eléctricas renovables quedarán limitadas. «Los precios elevados actuales de los materiales plantean nuevos retos para el sector, pero los precios elevados de las energías fósiles hacen que las renovables sean todavía más competitivas», sintetiza así el panorama actual el director de la AIE, Fatih Birol.
No obstante, sus proyecciones se han revisado al alza: 4.800 gigas de instalaciones renovables estarán en funcionamiento a 2026, lo que implica un crecimiento del 60% respecto a 2020 y es el equivalente de la capacidad eléctrica actual de origen nuclear y de energías fósiles juntas. La energía fotovoltaica supondrá más de 50% de este aumento, y la eólica marítima es la líder: triplicará sus capacidad instalada.
Aunque todas regiones mundiales crecen (un 60% global), China lidera también este ranking, con 1.200 GW de capacidades eólicas y solares están previstas en 2026, cuatro años antes que el objetivo oficial. Este crecimiento no supondrá que la Tierra alcance la neutralidad de carbono en 2050, factor necesario para limitar el aumento de la temperatura media a +1,5 º centígrados en relación al periodo preindustrial, según se destaca el informa Renovables de la AIE
La receta que aporta la AIE es que el ritmo de construcción de capacidades renovables nuevas hasta 2026 se duplique respecto a las previsiones, y que la demanda de los biocarburantes sea cuatro veces superior.
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