Después de una reunión de la que transcendía durante su celebración que no había consenso entre los participantes, la OPEP+ ha mantenido la estrategia anterior respecto a la producción de crudo. El cártel más sus aliados liderados por Rusia han revalidado la decisión de incrementar la producción en 400.000 barriles al día a partir de enero.

La polémica estaba centrada en cómo la nueva cepa del covid, el ómicron, va a afectar a la demanda de petróleo. Las dudas sobre la proyección de la pandemia no estaban despejadas en este de dos de diciembre entre los representantes de los países exportadores. Según los analistas, los representantes de la OPEP+ no contaban con datos fiables sobre el posible impacto en el transporte terrestre y aéreo, o sobre la actividad económica.

Ante los interrogantes sin respuestas consensuadas se ha optado por la continuidad, En un escenario marcado además por la batalla emprendida por Estados Unidos, que está liberando reservas para bajar los precios. A esta cruzada intenta sumar a China, India, Japón y Corea del Sur, que analizan sus respectivas capacidades para contener los precios de petróleo.

En esta jornada las filtraciones han caminado por sendas diferentes. La posibilidad de que los grandes productores y exportadores aprobasen no aumentar el bombeo produjo movimiento al alza, aumentando más la volatilidad de las cotizaciones tanto del Brent como del West Texas. Después de acogerse a no modificar la estrategia ya aprobada, la OPEP y sus aliados dejan la puerta abierta a cambios posteriores en caso que el impacto por el ómicron sea más relevante de lo que ahora han previsto.

Las dudas se han trasladado al mercado. Las cotizaciones han llegado a subir en el entorno del 3%, con lo que el Brent superó los 71 dólares el barril, para después caer hasta 66 dólares. Después se ha recuperado hasta los 68 dólares.