Quedan cuatro semanas para que Bruselas responda al documento que contiene los compromisos que asumiría Iberia para adquirir Air Europa. Será un momento clave para la operación: si las condiciones son muy estrictas será difícil que la compañía aérea española que forma parte del grupo IAG mantenga el objetivo de adquirir la aerolínea de la familia Hidalgo.

Para Iberia sería una pérdida del objetivo de reforzar, entre otros aspectos, el hub del aeropuerto de Barajas (Madrid). Ha sido calificado como un momento histórico que puede ser desaprovechado, si bien podría recomponer sus estrategia con una indemnización de unos 40 millones de euros. Porque si Air Europa es utilizada por otra gran aerolínea para tomar posiciones, Iberia puede responder con actuaciones similares a las realizadas por Ryanair o Air France ante las autoridades de la Unión Europea contra la que ahora, el 4 de enero, se tiene que pronunciar.

Con todo, ese no el único problema para seguir adelante con la operación. Air Europa, pese a las ayudas públicas, se enfrenta a una preocupante debilidad financiera, con una deuda de 800 millones y pérdidas por 427 millones en 2020. Cuestiones que empujan a Iberia a querer un nuevo recorte del precio a pagar, que ya bajó de 1.000 millones a 500 millones por el efecto de la pandemia.

No obstante el dilema para el Gobierno seguiría siendo Air Europa, a la que ha aportado, a través de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), 475 millones de euros. Una ayuda, la mayor desde que se creo el fondo para apoyar a las compañías en crisis por el Covid-19, que le ha permitido seguir operando pero que no le asegura el futuro en solitario.

El Ejecutivo intenta evitar la quiebra de la aerolínea de Globalia y, asimismo,  perder el dinero público aportado; tampoco le sería fácil la entrada en su capital, que ha intentado eludir en las largas negociaciones que desembocaron en los préstamos de la SEPI.

En este contexto, desde hace meses y más en las últimas semanas se están desarrollando conversaciones y diversos movimientos, gran parte de ellos protagonizados por la familia Hidalgo. Necesitan como poco un plan B ante la posibilidad de que Iberia desista, que se mantiene como la mejor opción para los intereses españoles.

Las conversaciones para hallar un posible comprador, ya sea parcial o total de su capital, tiene diversos frentes, desde fondos a aerolíneas europeas, con la alemana Lufthansa como posible candidato. Si bien esta última opción es básicamente una medida de presión para Iberia. Y entre otros temas porque el Estado tiene un 15% del capital.