Al peluquero Gabriel Llano las canas de la reina Letizia le parecen “un punto interesante por la evocación hacia el mundo natural, pero si soy sincero, creo que la cana bien llevada está muy bien pero si no vas muy arreglada siempre te sumará años y hay que tener cuidado con eso”. El empresario acaba de inaugurar casi 200 metros cuadrados de salón de peluquería y estética en la calle Velázquez, 71 de Madrid, para poner en valor la peluquería, el maquillaje, la manicura y el diseño de cejas. Allí da empleo directo a nueve profesionales “soy un inconsciente al meterme en algo así, lo reconozco, pero mi fiel clientela merece ser tratada y cuidada en un espacio tan confortable como este”. Gabriel Llano es uno de esos profesionales jóvenes pero sobradamente preparados “con 16 comencé a compaginar trabajo y estudios en Asturias y con 20 años me traslado a Madrid”. Su master lo desarrolla trabajando con otro grande de la peluquería, Moncho Moreno. Descubre que el corte y el color le apasionan pero necesita introducir la moda. Y Juana Acosta, Ana Fernández , Andrea Duro o Goya Toledo son sus musas

El centro no dispone de zona privada para tratamientos “mi salón es abierto para que todos se sientan bien. Vivimos en una época muy educada y quien viene aquí se siente como en su casa. No necesita esconderse para tratarse”.

Sin embargo en su anterior lugar de trabajo, en la calle Lagasca, sí que tuvo que “ceder” en alguna ocasión “tuvimos que cerrar el salón varias veces para atender a un grupo de mujeres árabes que querían estar ellas solas nada más y tampoco pude atenderlas yo personalmente porque no podía haber hombres. Así que cerramos el salón y se quedo el equipo femenino”.

En el nuevo espacio del barrio de Salamanca madrileño, cuenta con tres tratamientos estrella; un tratamiento rellenador que aporta densidad al cabello al rellenar la cutícula que por la edad va perdiendo grosor. El softcare que es un tratamiento regulador con el que se puede controlar el encrespamiento y conseguir un alisado natural. Y el Essencial, que en realidad son seis líneas de tratamiento combinables entre si para tratar el color, la hidratación y la reparación.

Y después de conocer el salón de Gabriel Llano, nos llevamos a casa un consejo del especialista: “no hay que disfrazarse y con eso me refiero a las personas que, por ejemplo, el día de su boda se hacen una coleta, cuando en su vida han llevado coleta y tiempo después se ven en esas fotos y no se reconocen. Creo que hay que respetarse mucho”.