
Valentín Pich, presidente del Consejo General de Economistas de España, y José Carlos Sánchez de la Vega, director técnico del Informe de la competitividad regional en España.
La competitividad de las comunidades autónomas disminuyó en promedio un 2,3% en 2020, en sintonía con las fuertes disminuciones del Producto Interior Bruto (PIB) de las regiones debido al impacto de la pandemia. Es la conclusión del ‘Informe de la Competitividad Regional en España 2021’, elaborado por el Consejo General de Economistas de España.
Esta caída de la competitividad promedio de las CCAA no es tan significativa como la disminución media que se produjo en la crisis financiera en el periodo 2008-2012.
De acuerdo con el estudio, en 2020, y en un contexto de crisis asimétrica, los primeros lugares del ranking vuelven a estar ocupados por Comunidad de Madrid, Comunidad Foral de Navarra y País Vasco, manteniendo el mismo orden y conformando el grupo de competitividad relativa alta.
En el segundo nivel, competitividad media-alta, se incluyen Cataluña y La Rioja, mientras Aragón, Castilla y León, Cantabria, Galicia y Principado de Asturias constituyen el grupo de comunidades con nivel competitivo relativo medio-bajo.
Por su parte, el grupo de competitividad baja pasa a estar formado por Extremadura, Andalucía, Canarias, Baleares, Castilla-La Mancha y Región de Murcia, a las que se une Comunidad Valenciana.
A pesar del impacto asimétrico de la crisis Covid-19, la ordenación de las CCAA y la composición de los grupos apenas muestra variaciones respecto a la edición de 2019.
Así, solo Galicia y Comunidad Valenciana pierden una posición, mientras Cantabria y Principado de Asturias suben una posición. Respecto a la composición de los niveles, Comunidad Valenciana deja de pertenecer al nivel medio-bajo, y se encuadra en el nivel bajo; mientras que su lugar pasa a ser ocupado por Principado de Asturias, que retorna al nivel medio-bajo.
Canarias y Baleares son las dos comunidades en las que el descenso de competitividad es más acusado. En el extremo opuesto, el índice de competitividad crece en Castilla-La Mancha, Principado de Asturias, Castilla y León y Extremadura.
En cuanto a los componentes de competitividad, los ejes referidos al entorno económico (eje 1) y a la eficiencia empresarial (eje 6) son los que se comportan de manera más desfavorable, mientras que los ejes 7 (innovación) y 4 (entorno institucional) son los únicos que mejoran de forma generalizada.
En relación con la diferente situación de partida de las comunidades autónomas, esta puede dificultar la consecución de los objetivos perseguidos por la Unión Europea en términos de Inclusión, Sostenibilidad y Digitalización y entraña riesgos en el proceso de recuperación.
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