Uno de los restaurantes que más está dando que hablar en la capital, abrió su terraza hace muy pocos meses en el icónico palacete que fue sede de Blanco y Negro y del diario ABC, convirtiéndose en una de las mejores azoteas de Madrid donde disfrutar de una cocina fusión y un buen ambiente. Pero no ha sido hasta ahora, cuando Torcuato ha inaugurado su interior, cuando se ha convertido en uno de los restaurantes de moda entre todo tipo de públicos.

Cuenta con diversos espacios que llaman la atención, desde el pasillo principal que divide las estancias -decorado a modo de galería de curiosidades- hasta sus dos salones. El primero tiene luz natural, mesas de mármol y unos sofás amarillos que contrastan con una pared llena de vegetación y flores expuestas en una selección de jarrones y recipientes de vidrio a modo de laboratorio. Y, el segundo, nos transporta a la Francia de María Antonieta con decoración real marcada por la ostentación y colores rosas pastel. Parece sacado de una película de época.

Además, Torcuato cuenta con una barra de coctelería en un espacio con un marcado aire masculino que recuerda al gran Gatsby y a su inspiración Art Deco, perfecto para tomar una copa o alguno de sus cócteles. Y atención a su terraza, la zona al aire libre, repleta de multitud de plantas trepadoras que cubren unas preciosas arcadas perfiladas con neones, y sus murales entre lo aborigen y lo pop. En definitiva, un espacio con matices europeos, pero que también presenta reminiscencias asiáticas, colores tropicales… Un auténtico paraíso para los fanáticos de Instagram porque cada uno de sus rincones presenta estampas ideales para fotografiar.

Respecto a la cocina, está al cargo del televisivo chef Sergio Fernández (Canal Cocina). Del raw bar surgen makis como el de anguila, foie y mango; o nigiris como el de atún rojo con gochujang o el de salmón flambeado con mayo de yuzu. Entre los entrantes, fríos y calientes, destacan el salmorejo de cherrys con helado de Idiazábal y yuca crujiente; el arenque marinado con carpaccio de aguacate; el tiradito de lubina con ajoblanco trufado; las verduras salteadas con curry de coco thai o los noodles con kimchi gratinado y atún rojo.

Entre los platos principales hay una buena selección de pescados y carnes. Por ejemplo, el lomo de corvina asado y macerado en achiote con crema de frijoles o el vitello tonnato al revés: tataki de atún rojo, glacé de carne y salsa de alcaparras. La hamburguesa de cordero especiada con pan brioche y tzatziki nos lleva hacia oriente igual que el tahiní de cordero con cous cous y guiso de pasas. La picaña madurada con chimichurri es uno de los platos estrella. Y entre los postres, resultan imprescindibles la tarta de queso fluida con parmesano rallado, y el bizcocho de limón y lima kefir con sopa de jengibre.

Torcuato es un buen lugar para reunirse con amigos por su estética, divertidísimo ambiente y un entorno muy especial. Y los precios son accesibles: se puede comer y cenar a partir de unos 35/40 euros por comensal.