Parece ser que los cinco millones de parados y que todos los recortes que han sido llevados a cabo, no sirven como para que alguien , con las suficientes ideas y valor, tenga una brillante idea y el paro comience a remitir, y cesen los recortes y todos vivamos mas seguros y mejor.

La precariedad laboral, cada día, es más fuerte en las empresas. Cada vez son más personas las que están disconformes con su trabajo y con el trato ofrecido, más personas las que aguantan como sea, en sus puestos de trabajo “porque ahí fuera no hay otra cosa”. Los jefes, aprietan tuercas, y mientras, los trabajadores, por miedo y por la vana certeza de un posible despido, siguen dejando correr los días, pensando que algún día llegará la suerte y habrá trabajo ahí fuera.

Sin embargo no hacen falta ideas tan brillantes, como para darse cuenta de que ahí fuera hay gente brillante brillando con luz propia. Gente con ideas maravillosas: mentes inquietas. Mentes con grandes ideas para realizar. Pero que por miedo no pueden llevar a cabo. Por miedo y por falta de medios. Porque no disponen de la seguridad suficiente, como para emprender nuevos negocios, con la que está cayendo ahí fuera.

No somos conscientes de que toda esa gente con grandes ideas, podrían hacer crecer el empleo. Algunas personas tienen ideas que aún no existen, otras ideas mejores que las actuales, y otras, ideas que se basan en ideas ya existentes y por el hecho de que siguen en pie, son buenas y merecen ser reinventadas.

Pero hay miedo, hay temores infundados por la misma sociedad. Si das el gran paso, si tratas de cumplir tu sueño, estás loco, porque no puede salir bien, con la crisis existente ahí fuera. Pero… nadie se detiene a pensar, que de una gran idea pueden nacer muchas cosas positivas. Lo que se necesita es el valor para llevar esa idea a cabo, y menos gente que trate de abordar esa idea para quitárnosla de la cabeza.

Por eso, ahí fuera el paro crece, pero nadie hace apenas nada para remediarlo, nadie ayuda a esas mentes inquietas al desarrollo de grandes ideas, que crearán puestos de trabajo. Incluso hay gente ocupando sillas en oficinas, gente infeliz con otros sueños y otras metas. Gente que está deseando tener la ayuda y la fuerza suficiente como para llevar a cabo su gran idea, y dejar esa silla para otra persona que la busque o necesite.

Y si para que esto sea posible hay que confiar en alguien yo confío en quien haga falta. Mientras, mi mente inquieta no deja de dar vueltas a una idea.