Todos a la greña

16/11/2010

Miguel Larrañaga. Martes, 16-11-2010

Por si no fuera suficiente el temor del mercado a los problemas por los que atraviesa Irlanda y no tuviéramos bastante con su cerrazón a reconocer que necesita ayuda, la Unión Europea dió ayer otra muestra de su «inquebrantable cohesión» y, como de costumbre, lo pagaron los mercados.

Estaba la cosa fea, como no podía estar de otra manera, cuando a media mañana el ministro austriaco de finanzas se descolgó con una «perla» que terminó de dinamitar los mercados. Dijo, ni más ni menos, que la contribución austriaca al fondo de rescate griego está en peligro y que se condiciona a que los griegos se comprometan a cumplir los objetivos de recorte del déficit. Y no solo eso, que demuestren su compromiso.

Por mucho que su colega griego se esforzó en intentar garantizar lo que todo el mundo sabe que no se puede garantizar, el daño estaba hecho.

¿Otra grieta en la UE o una patraña más? Hace tiempo que sospecho que nada de lo que ocurre es casualidad. Cada vez que el euro alcanza un nivel molesto para las exportaciones europeas (léase alemanas) aparece una crisis en algún país periférico que lleva a la moneda europea a niveles más «confortables» para los exportadores. En la ocasión anterior fue Ángela Merkel la que se encargó en primera persona de dilatar la solución griega, llevando al euro a niveles desconocidos en los últimos años. Ahora es Austria la que viene a agravar la situación, al tiempo que Irlanda no contribuye a su resoluición.

Con todo esto, tenemos al euro en 1,34 dólares cuando hace solo unos días transitaba por los 1,43 y todo indica que la moneda europea va a seguir debilitándose. Puede que sea la respuesta adecuada a las medidas puestas en práctica por Estados Unidos, que tiene las imprentas de billetes echando humo en pos de un dólar barato. Pero no es menos cierto que cuando se trata de estas cosas hay que andar con mucho tiento. Que tirar abajo las Bolsas es de lo más sencillo y que se recuperen de lo más complicado. Luego vendrán los lamentos.

Con las cosas así, de nada sirvió un dato que hubiera espoleado a los índices europeos en cualquuier otro momento. El sentimiento económico alemán ha mejorado para el inmediato futuro. Claro, que esa encuesta es anterior a todos los acontecimientos de los últimos días, así que los mercados siempre prefieren lo del último minuto que lo del mes pasado y se decantaron por las pérdidas.

Pero no fueron unas simples pérdidas. El Ibex se dejó nada más ni nada menos que el 2,46% y quedó al borde de la barrera de los 10.000 puntos. Como no cambien mucho las cosas (y no hay nada que apunte en esa dirección), ese teórico soporte va a saltar hecho añicos más pronto que tarde. En el resto de mercados europeos no fueron mucho mejor los cierres. El Dax alemán perdió un 1,86%, y eso que es el índice que habitualmente mejor resiste este tipo de acometidas; el CAC francés se desplomó un 2,64% y el Footsie londinense bajó un 2,38%. Si estará mal el panorama que ni estando fuera delo euro puede la Bolsa británica sustraerse al ambiente negativo.

¿Y mañana?. Pues todo parece indicar que más de lo mismo salvo que Irlanda termine por pedir de una vez la ayuda que necesita, y que todos saben que necesita, para salir del atolladero, porque al otro lado del Atlántico tampoco está la cosa para tirar cohetes precisamente y no se puede esperar que sean los mercados americanos los que vayan a salir al rescate. ¿O sí? Nunca se sabe, pero para mañana yo apostaría por el no.

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