El rechazo de España y Alemania dificulta que la nuclear sea etiquetada como energía verde

03/01/2022

Tania Juanes. El texto deberá ser aprobado por al menos 20 países de la UE,  que representen al 65% de la población de la UE.

Europa vive un nuevo enfrentamiento interno por una estrategia energética que debería combinar la lucha contra el cambio climático y la reducción de la dependencia de otros países. Una encrucijada que está provocando la división de los países miembros en más de dos bloques. Si bien, de los dos más relevantes, uno está liderado por Francia, que defiende que la energía nuclear hará a Europa menos vulnerable frente a los intereses de Rusia y de otros países exportadores de gas y el que encabeza Alemania, que se opone a las centrales atómicas, pero que defiende el gas.

Se veía venir, pero el hecho que ha provocado la avalancha de opiniones divergentes ha sido el documento de la Comisión Europea conocido este sábado. En este borrador se propone que las inversiones en energía nuclear y en gas natural sean consideradas sostenibles en la transición ecológica.

Las autoridades comunitarias quieren aprobar esta propuesta sobre política energética este mes de enero. No obstante, las divergencias surgidas desde el minuto uno, que se reproducen en el seno de la comisión, ha hecho que la presidenta, Úrsula Von der Leyen, haya tomado las riendas del desarrollo del proyecto. Y hacen prever que las negociaciones van a ser complejas: Francia no renuncia al respaldo a la nuclear, que ha levantado más polémica que temas como el cambio en las reglas del mercado de generación eléctrica.

Los países miembros junto a los expertos de la Plataforma de Finanzas Sostenibles cuentan hasta el 12 de enero para aportar sus opiniones a Bruselas. Más adelante, el texto llegará a la Eurocámara, y necesitará una mayoría simple para ser aprobado y mayoría cualificada en el Consejo. Significa que deberá ser aprobado por al menos 20 países de la UE,  que representen al 65 % de la población de la UE.

Que la energía nuclear sea etiquetada como verde cuenta con el rechazo de Alemania,  España, Austria y Luxemburgo, entre otras naciones, mientras que Francia tendría el apoyo de otros países de Europa central, como Polonia y Chequía.

Pero la posición de España no coincide al 100% con la de Alemania. Un comunicado del Ministerio de Transición Energética señala que el gas natural y la nuclear no pueden ser considerados y etiquetados como tecnologías verdes, con independencia de la posibilidad de que puedan seguir acometiéndose inversiones en ellas. Admite, no obstante, que tienen un papel en la transición energética, pero que no se trata de tecnologías clave para avanzar en la descarbonización y que estén exentas de riesgo, como es el caso de la nuclear que además genera residuos de difícil tratamiento.

Incluso en el recién formado Gobierno alemán no hay unanimidad respecto a la posición defendida por el canciller. El vicecanciller Robert Habeck, representante de los verdes, aunque compartió el rechazo al documento elaborado por Bruselas, no es partidario de etiquetar el gas como energía verde.

 

 

 

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