El paso de la reforma laboral por el Congreso, para lograr su aprobación definitiva, guarda sorpresas de alto voltaje. Si los nacionalistas catalanes y vascos cumplen su amenaza, la reforma será rechazada ante del 7 de febrero. Y el real decreto solo habrá estado vigente por el plazo de un mes.
Los nacionalistas vascos y catalanes exigen al Gobierno que cambie la jerarquía de los convenios, y sitúa en la cúspide, por encima del estatal, el convenio autonómico. En caso contrario, tanto ERC, como PNV y Bildu, amenazan con votar en contra de la reforma, y tumbar el real decreto ley a su paso por el Congreso.
La oposición de catalanes y vascos suma 34 votos, lo que incluye, además de los anteriores, los 8 de PDeCAT y de Junts per Catalunya, y 2 de la CUP; que, sumados a los 140 de PP y Vox (88 de los primeros; 52, de los segundos), y a los 2 de UPN, hacen un total de 176 ‘noes’, sobre un total de 350 votos.
Un frente que hace irrelevante el posible voto favorable anunciado por Ciudadanos, y el sentido del voto de otras fuerzas minoritarias, como Más País, Compromís, BNG, Coalición Canaria, Teruel Existe y los regionalistas asturianos y cántabros.
La aritmética parlamentaría forzaría así al Gobierno a plantear cambios respecto a la prevalencia de los convenios en la escala normativa. Una exigencia repetida tanto por PNV, como por Bildu y ERC, que disgusta a uno de los firmante del acuerdo previo, los empresarios de CEOE, que se han mostrado poco proclives a complicar la marcha de las empresas implantadas en todo el territorio nacional.
Hoy el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, redobló su ofensiva dirigida a cambiar el sentido del voto de los ‘populares’. Sánchez recordó a Pablo Casado, jefe de la oposición, que el resto de partidos lo pueden poner más o menos fácil en función del sentido del voto del PP.
Paralelamente, la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, instó hoy a los socios que han apoyado al Gobierno anteriormente — ERC, Bildu — a “no dejar caer” la reforma pactada con los empresarios y los sindicatos.
Turbulencias en el Gobierno y pugna en la derecha
Sin embargo, ERC continúa con su intento de vender caro su apoyo a la reforma laboral. Hoy, además de la exigencia de que prevalezcan los convenios catalanes, insistieron en recuperar la autorización administrativa en los ERE, así como los salarios de tramitación que las empresas debían pagar a los trabajadores en tanto se resuelve en los tribunales un despido, si se demuestra que este es injusto.
Una recuperación la de los salarios de tramitación que, además de alejar definitivamente a la patronal, que se desligaría del acuerdo, partiría en dos al Gobierno, tras las tensiones mantenidas entre el ala socialista capitaneado por Nadia Calviño, vicepresidenta primera, y la titular de Trabajo, Yolanda Díaz.
Sin embargo, la abstención de los ‘populares’ se complica especialmente debido a la disputa por la hegemonía de la derecha que mantiene con Vox, cuyos 52 diputados votarán ‘no’ a la reforma laboral, según anunció hoy su portavoz Jorge Buxadé.
Sin embargo, si el PP persiste en su voto negativo, el Gobierno de Pedro Sánchez, después de pactar su reforma laboral con empresarios y sindicatos, se verá obligado a hacer concesiones al frente nacionalista de vascos y catalanes. Y admitir un vuelco en la pirámide normativa de los convenios.
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