Cuando las cosas se llevan al límite, terminan por estallarte en la cara y eso es lo que ha ocurrido hoy. Alemania llevó al límite las exigencias y los plazos respecto a la crisis griega y Papandreu ha respondido con una bomba de relojería absolutamente imprevista y de difícil desactivación. Sale ahora con que Grecia hará un referéndum para aprobar los recortes que le exige Europa para financiar el rescate y, claro, los mercados se lo han tomado a la tremenda porque eso equivale a pensar que la banca alemana y francesa las van a pasar canutas.

A primera vista, Papandreu acaba de jugar su última carta y esa no es otra que abandonar el euro. El Gobierno griego quiere una quita superior a la pactada por la UE con los bancos y no le compensan los esfuerzos a realizar por esa quita, así que hace una consulta popular y le pregunta a sus ciudadanos algo así como ¿quieren ustedes pasarlas canutas durante años pero permanecer en el euro o prefieren trasladar a los bancos alemanes y franceses el problema y volvler al dracma? Imaginen la respuesta.

Vaya por delante que tiene toda la pinta de que Papandreu está jugando de farol y que en realidad busca lo que ya ha obtenido: que Merkel y Sarkozy vuelvan a reunirse a toda prisa y comiencen a pensar en otro plan, no ya tanto para salvar a Grecia sino para salvar a sus propios sistemas financieros.

La historia es bastante sencilla. Si la banca francesa y la alemana tienen en su poder el grueso de la deuda griega y un 50% de quita les supone tener que reforzar el capital hasta el 9%, una quita del 100% va a dejar a la banca de los dos países más importantes de la UE muy tocada. Papandreu, que es listo, lo sabe y no ha usado este arma hasta ahora, pero tiene claro que es la vía para conseguir que los bancos franceses y alemanes empiecen a valorar que un 50% de quita es poco para lo que quieren los griegos.

De otra parte, visto desde el punto de vista de la UE, la situación es irreversible. Bruselas no debe pagar a traidores y Papandreu acaba de portarse como un auténtico traidor, así que no vendría mal que Europa dejara de pensar en cómo resolver el asunto griego y empezara a pensar en cosas mucho más importantes. Y la primera es señalar claramente cuál es el camino de salida para quien no cumple e invitar a Berlusconi a explorar seriamente ese camino.

No nos engañemos. Lo de Grecia es nada comparado con lo que puede ser lo de Italia y el espectáculo de Papandreu, al fin y al cabo un actor de segunda fila, puede quedar en nada con el que nos puede montar Berlusconi, actor principal venido a menos que se gusta en papeles de galán. El mercado lo sabe y «premia» a la deuda italiana con una prima de riesgo antológica y que supera ya con mucho a la española.

De igual forma, el mercado sabe que lo de Grecia es un navajazo a traición y teme que los gobernantes europeos vuelvan a llegar tarde a contener la hemorragia. Desde luego, razones para la desconfianza no le faltan y aunque Merkel y Sarkozy ya han anunciado una reunión urgente, la situación se ha complicado mucho más de lo previsto.

¿Qué hacer? En mi opinión, muy modesta por cierto, si Grecia quiere probar la demagogia creo que deberíamos dejar que la probara. Y, también sinceramente, deberíamos afear a doña Ángela su comportamiento, porque han sido esas lluvias las que han traído estos lodos. Aquí todos han tensado la cuerda hasta el extremo y parece que puede terminar por romperse.

El mercado quiere soluciones y llegados a este punto valora igual algo que resuelva la situación o un golpe encima de la mesa que evidencie que las cosas van a ir hacia una determinada deriva. Lo que quiere es saber a qué atenerse, poara bien o para mal. Y ya les aviso que mientras no sepa a qué atenerse pensará que todo es para mal.

De momento, el Dax se lo ha tomado un 5,00% a peor, el CAC un 5,38%, el FTSE un 2,21% y el Ibex un 4,19%. Pero si alguien se lo tomó a realmente mal ese fue el italiano Mibtel, que cayó un 6,80%.