Mapfre Economics vaticina un crecimiento del PIB del 5,5% en 2022

24/01/2022

Miguel Ángel Valero. "El final de la moratoria de insolvencias en junio de 2022 revelará las cicatrices de la crisis", advierte el informe del servicio de estudios de la aseguradora. // Panorama económico y sectorial 2022

Mapfre Economics dibuja en su Panorama Económico y Sectorial 2022 un escenario en
el que, a pesar de la vuelta a las restricciones y a que la normalización se dilata tras el impacto de la nueva variante Ómicron, las medidas de restricción son más suaves y menos lesivas para las economías, gracias a la experiencia acumulada en anteriores oledadas. La aversión al riesgo global permanecerá en la senda de normalización (pese a
repuntes temporales a corto plazo) convergiendo hacia los valores promedio del último lustro en 2022.

De esta forma, en este escenario la economía global crecerá el 4,8% en 2022, y el 3,6% en 2023. Los mercados emergentes lo harán ligeramente por debajo de esa cifra, mientras que los mercados desarrollados crecerán por encima y serán los protago-
nistas para el cierre de la brecha de producto durante los próximos años, aportando dos terceras partes de éste.

En el escenario estresado, no se alcanzarían los niveles de restricciones del comienzo de la pandemia, pero se presentaría un escenario sustancialmente peor causado por la ineficacia de las vacunas ante el efecto de las nuevas variantes del virus, la saturación
de los sistemas de salud y los contagios. El retorno a la normalidad se retrasaría y el impacto de las cadenas de suministro se tornaría más adverso, con disrupciones que se propagarían a un abanico mayor de bienes y servicios, impulsando la inflación al alza hasta finales de 2022.

En este escenario, la aversión al riesgo se reduce al igual que en el escenario base, pero con más lentitud, generando que el crecimiento económico global se debilite tanto
en 2022 (4%) como en 2023 (2,6%).

En ambos escenarios, la política monetaria de las economías desarrolladas manifiesta los primeros signos de endurecimiento durante 2022 y 2023, manteniendo el ritmo gradual de normalización para sostener las necesidades financieras de los Gobiernos. Los estímulos fiscales serán más intermitentes y de menor impacto.

Mejora del empleo

El crecimiento del PIB español en 2022 se deberá situar en el 5,5% (7 décimas menos que en su anterior previsión, pero claramente por encima de la Eurozona, que lo hará el 3,9%, frente al 4,3% del informe previo), apoyándose en un nivel de empleo que va mejorando, unas exportaciones que deberán aumentar, siempre y cuando se superen los obstáculos de costes energéticos altos y dificultades de la cadena de suministro, y una inversión creciente por la llegada de los fondos europeos. Para 2023, el crecimiento económico en España se moderará al 4,3% (2,7% en la Eurozona).

«Importante para que se cumpla este escenario es que no se vuelvan a verificar cierres de
fronteras y confinamientos», matiza el informe del servicio de estudios de Mapfre.

El sector del automóvil es muy relevante en el PIB español y la producción de vehículos se encuentra a la mitad de su nivel pre-crisis. La llegada de turistas se ha
recuperado solo parcialmente y sigue también a la mitad de los niveles habituales.

«Las esperanzas están puestas en el aprovechamiento adecuado de los fondos
europeos de recuperación para que sirvan de impulso en 2022-23, y para que ayuden en una transformación de la economía que produzca ganancias de productividad y de empleo más duraderas. Está previsto que parte de esos fondos sean utilizados en proyectos de producción de energía, aspecto fundamental para reducir la dependencia energética del exterior y así eliminar la volatilidad en precios», subraya el informe.

«La persistencia de la inflación vendrá determinada por efectos de segunda ronda mediante subidas de salarios y pensiones. La subida de salarios, si no es
moderada, restará competitividad a la economía de cara al futuro», añade.

Los riesgos de cara a 2022 se centran especialmente en la inflación, por la factura
eléctrica y del gas, principalmente por el aumento de costes al productor y a los
servicios. Por otra parte, es importante que se resuelva pronto la crisis de
suministro de chips, ya que está afectando gravemente a la producción de la industria del
automóvil, un sector clave en la economía española.

«El final de la moratoria de insolvencias en junio de 2022 revelará las
cicatrices de la crisis», concluye el informe de Mapfre Economics.

El director de Análisis Macroeconómico y Financiero del Servicio de Estudios de Mapfre, Gonzalo de Cadenas-Santiago, precisa que la inflación será persistente pero no permanente, ya que espera que comience a normalizarse tras el verano.

Con una inflación en la Eurozona que alcanzó el 5% en diciembre, con la subyacente manteniéndose al 2,6%, se moderará en los próximos meses a medida que bajen los precios de la energía, aunque lcon la OPEP sin voluntad de ampliar mucho la producción y con el mix energético europeo sin soluciones rápidas, es posible que la bajada sea lenta.

Gonzalo de Cadenas-Santiago ha advertido de que la crisis de Ucrania va a tener consecuencias económivas: «Tendrá un efecto sobre precios a través de la energía y la incertidumbre financiera». Es el riesgo más probable y con el impacto macroeconómico a corto plazo más importante.

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