Ya no me tocas… como antes

02/11/2011

Ana de Calle. Necesitar afecto es algo básico... Es un alimento psíquico, y cuando hay una carencia en los primeros meses de la vida el bebé tiende a no evolucionar, no come bien, a los seis meses no se sienta y cuando llega a cumplir un año lo más probable es que aún no pueda andar...

No tiene interés por la vida; por eso a las personas encargadas de atenderlos desde hace años se les enseña a darles cariño y prestarles atención para que el bebé pueda evolucionar…

Lo mismo ocurre con la pareja que es una asociación estrecha entre dos personas que intercambian muchas activides, muchos momentos, que podrían criar hijos y compartir tanto ocio como el trabajo del hogar. Entonces el afecto y el sexo se convierten para la mayoría en algo necesario. La pareja tiene que tocarse a menudo y cuando digo esto no hablo de tocar sólo los genitales o las zonas erógenas sino una caricia en la cara … cogerse las manos, rodearse con los brazos… un beso… Y los abrazos … ¿no?

Este afecto que te da a entender que el otro te reconoce, piensa en ti y eres importante para él… Y es que entonces esa caricia se convierte en una demostración afectiva mínima y muy amplia a la vez, del reconocimiento del otro. Es por eso que la caricia es muy importante en la relación de pareja ya sean físicas como tocar a tu amado, verbales, exteriorizando sentimientos, hablándole de lo que sientes en ese momento o dar señales demostrando el afecto y que estás ahí… guiñándole un ojo o saludándole con la mano…

Vemos que para demostrar cariño no podemos atenernos sólo al plano físico sino también demostrarlo verbalmente y con gestos porque todo el conjunto es importante para mantener una relación de pareja completa. Y si no la convivencia economiza las caricias y se entra en un régimen que limita las muestras de afecto a un solo plano de los que hemos hablado y aparecen las caricias de rutina como el beso por la mañana, o antes de dormir o un saludo hecho automáticamente… sin afecto.

Y si estas demostraciones no son habituales puede ser que la pareja rechace las muestras de afecto del otro. Así cuando hace tiempo que no damos ni recibimos nos convertimos en analfabetos del afecto, ya no lo reconocemos cuando lo vemos en situaciones cotidianas… Lo que deja huella en la convivencia. El afecto entre ellos puede deberse a que sean iguales o lo crean, o sean opuestos. Lo que no es un inconveniente, como se cree, para que vivan en armonía y compartiendo la vida en pareja.

Cuando se creen iguales es más fácil que se admiren ya que generalmente comparten los mismos traumas, es decir experiencias de vida muy parecidas que les permiten empatizar con más facilidad.

La terapia irá enfocada a aprender a demostrar el afecto, a exteriorizar esas caricias que los dos necesitan, por algo están juntos. Sentir que son supervivientes de una determinada situación y ayudarlos a desarrollar una unión que esté basada en la confianza, en el afecto y la admiración, y en esa lucha del otro que es como la lucha de uno mismo. Y si ellos son diferentes ayudarles a entender en qué tienen que modificar su actitud para que el otro pueda sentirse querido y sentir que le tienes en cuenta.

Ana de Calle, Sexóloga y Terapeuta de Pareja

Blog de Ana de Calle: http://www.elsexoesvida.com/

¿Te ha parecido interesante?

(+4 puntos, 4 votos)

Cargando...

Aviso Legal
Esta es la opinión de los internautas, no de diarioabierto.es
No está permitido verter comentarios contrarios a la ley o injuriantes.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios que consideremos fuera de tema.
Su direcciónn de e-mail no será publicada ni usada con fines publicitarios.