Media Europa tiembla ante una posible ruptura de las compras del gas natural a Rusia

26/01/2022

Tania Juanes. España es el país europeo con más infraestructuras de regasificación.

La tensión que ya atravesaban los mercados energéticos mundiales desde hace muchos meses, muy evidente en Europa, se agrava en estos días por el ambiente prebélico en Europa del Este, creado por el conflicto entre Rusia y Ucrania. La cotización del Brent (referente en Europa) cotiza cerca de los 90 dólares el barril, Bank of America estima que puede llegar a los 120 dólares, mientras que el precio del gas sigue alza.

Pero son los temores a posibles problemas de suministro los que influyen en los movimientos de los mercados energéticos, aunque en un eventual panorama de ruptura de relaciones comerciales de hidrocarburos, que además conllevaría que las cotizaciones se dispararán, es el tema central. A esta situación podría llegarse en fechas próximas en dos escenarios: si Rusia opta por contar el grifo o si EE UU y la UE aprueban medidas económicas de presión si la escalada continua.

Este posible panorama marca asimismo las posiciones de los Gobiernos europeos ante la estrategia que está siguiendo el presidente ruso Vladimir Putin con los movimientos de tropas en diferentes fronteras. Alemana es el país con peso político que más reacia es a la hora de presionar al Kremlin. El consumo de gas de este país depende de la producción y exportaciones del gigante euroasiático.

También dependen al 100% del gas siberiano Austria, los países bálticos y en menor medida Italia y Francia, aunque para estas naciones es también más que relevante. Estados Unidos y la UE buscan suministros alternativos a Rusia, y Qatar y países norteafricanos se decantan como una solución, pero el problema es que Alemania no tiene plantas de regasificación por lo que depende de los gasoductos. Y que Qatar y otros exportadores tienen múltiples compromisos.

Estas infraestructuras ya están dando quebraderos de cabeza al Gobierno de Berlín, con el Nord Stream 2 aún no operativo y con el Yamal que está siendo utilizado por Moscú como arma política y que ahora da prioridad a abrir el grifo hacia Asia.. Pero la situación, temen los expertos, puede empeorar.

España está en una posición mejor, pese a que haya comprado el pasado año casi un 17% del gas que consume a Rusia. Sus seis plantas de regasificación, el primer país de Europa, le permiten importar más gas transportado por gaseros pese a que sea más caro, además del que llega por el gasoducto del Magreb.

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