El primer asalto del combate entre Papandreu y la Unión Europea se ha saldó ayer con una amplia victoria del primer ministro griego reflejada en el hundimiento de las Bolsas. Ahora bien, los combates duran quince asaltos y en el segundo las tornas parecen haber cambiado. Las Bolsas europeas suben (excepto el Ibex) y hay que analizar por qué.

Lo primero que cabe resaltar es que tras una caída del 5% es casi una obligación que el Dax se tiente los machos y trate de contener la hemorragia.Y lo ha hecho apoyado en un sentimiento y en un dato. El sentimiento es el de que el grifo europeo se le va cerrar a Grecia antes de lo que cvanta un gallo y el dato es el de empleo de la consultora americana ADP.

Para este segundo asalto todo parece indicar que los gobiernos de la Eurozona van a dejar de «mimar» a Grecia, que no aceptan el chantaje y que van a dejar a Papandreu explorar hasta las últimas consecuencias el camino que parece haber elegido, pero cortando de raíz los pagos. Los 8.000 millones a entregar pueden venir muy bien en poco tiempo para capitalizar bancos, porque la tragedia griega va camino de consumarse.

El problema es que el tercer asalto hay que dirimirlo en terreno italiano. Una vez descontado el efecto de la crisis griega, hay que hacer ver a Berlusconi que o actúa o actúa, pero eso es harina de los próximos días.

En cuanto al dato, parece que el mercado ha celebrado el buen dato de empleo que anticipa la consultora ADP para Estados Unidos. Ha sido más que oportuno porque a estas alturas estaríamos hablando de cosas muy diferentes si este dato hubiera sido malo. Para muchos, la recuperación del empleo en Estados Unidos es la «gran esperanza blanca» para no caer en una nueva recesión mundial, toda vez que la europea parece inevitable.

Es curioso, tras conocerse el dato de ADP hubo un rato en el que Grecia parecía no existir y que Berlusconi y sus problemas para conseguir un programa de ajuste parecían no contar para los inversores. En el fondo, todos piensan que esto es un susto mayúsculo, pero no una nueva fase en la caída. Ya veremos si no tienen que arrepentirse de este pensamiento.

Al cierre, el Dax ganó un 2,25%, el CAC un 1,38% y el FTSE un 1,15%. Nuestro Ibex se dejó un 0,06% lastrado por los bancos y por la lógica: si ayer bajó mucho menos que el resto, hoy ha dedicado la sesión a «esperarlos».