Cuando tendría que estar cerrándose los detalles para acordar la compra de Air Europa por Iberia y el Estado, a través de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), la operación se enfrenta a la pretensión de Juan José Hidalgo de mantener el control de la aerolínea, aunque sea con el poder reducido.

Con este tema sobre la mesa, quien parece quien es casi vetado por el creador de Globalia es la SEPI, ya que las condiciones que pone esta entidad pública no son compatibles con sus objetivos. En este contexto, un mensaje que está lanzando es que cuenta con planes para sacar la aerolínea de la frontera de la quiebra con otros socios, y que otro factor que juega a su favor son los posibles buenos datos operativos de la Air Europa.

Obstáculos para cumplir la hoja de ruta diseñada por Hidalgo en las últimas semanas son numerosos, y entre ellos destacan que la SEPI ha aportado ya 475 millones de euros y que la deuda de la aerolínea no parece que puedan asumirla pese a una posible de recuperación del tráfico aéreo. En estas negociaciones ha estado de forma más evidente que en otras etapas la vicepresidenta del Gobierno, Nadia Calviño, quién se ha mostrado a favor de la entrada del Estado en el capital se Air Europa, si bien no solo con el fin de evitar la debacle de la compañía: prioriza además que la recuperación del dinero público.

Para Iberia, como han manifestado los directivos del holding IAG recientemente, la integración de Air Europa es una oportunidad que no quiere perder. Será fundamental para elevar la categoría del hub del aeropuerto de Madrid-Barajas a un nivel superior para poder competir con los grandes de Europa. La fórmula que se negociaba, antes del plante de Hidalgo, que aún no puede ser descartada es que no contempla su posición mayoritaria en el capital de Air Europa. Diseño que abre también la posibilidad de que las condiciones que imponga la UE sean asumibles.