La UE y el FMI preparan un rescate para Irlanda centrado en el sector bancario

16/11/2010

Maite Vázquez del Río. Van Rompuy dice que la eurozona vive una "crisis de supervivencia" y advierte que si la eurozona se hunde también lo hará la propia Unión Europea.

Los mercados son implacables, sobre todo, cuando el ámbito político muestra las carencias de una Europa que tiene poco de unida y cuyas autoridades más que sembrar confianza dan señales de que estamos ante una grave catástrofe, lo que favorece aún más el ataque sin cuartel contra la deuda irlandesa y griega, que ayer volvieron a máximos históricos (575 y 915 puntos básicos, respectivamente. Lo que “sugiere” Bruselas es desoído por Irlanda y Portugal, cuyos gobiernos insisten en rechazar la ayuda que se les ofrece. Pero ante el riesgo de contagio al resto de los países de la eurozona parece que la sensatez ha llegado a última hora de la jornada, cuando los índices bursátiles han dado claras muestras de que los inversores están huyendo de las bolsas europeas: la UE y el Fondo Monetario Internacional se han puesto a trabajar conjuntamente diseñando un rescate para Irlanda que sólo se centrará en su sistema financiero, lo que podría convencer a Irlanda.

Las estimaciones realizadas por Bruselas calculan que la “limpieza” podría costar en torno a 50.000 millones de euros. Pero el Gobierno irlandés no quiere asumir su situación y vuelve a descartar esta ayuda por entender que así su déficit público se disparará hasta el 32%, además de asegurar que cuentan con la financiación necesaria para poder llegar hasta mediados de 2011.

El primer ministro irlandés, Brian Cowen, ha vuelto a hacer oídos sordos a los requerimientos de Bruselas, cuyos funcionarios ya han calculado que el rescate podría situarse entre los 80.000 y 100.000 millones de euros, y que el paquete de ayuda a la banca irlandesa podría alcanzar entre 45.000 y 50.000 millones de euros. El FMI aportaría como mucho la mitad del importe, mientras que el resto de la ayuda procedería de manera combinada de la UE y Reino Unido.

Pero Cowen argumenta su rechazo, una vez más, asegurando que no necesita acudir a los mercados porque su “Gobierno no se está financiando a estos elevados precios». Durante su esperada intervención en el Parlamento irlandés, Cowen también explicó que, si bien, los ministros de Economía de la zona euro están buscando fórmulas para hacer frente a los elevados costes de financiación, lo cierto es que lo que persiguen es solucionar cuestiones que afectan de manera general al bloque del euro. Y para generar confianza sobre Irlanda, el primer ministro adelantó que la próximo semana su Gobierno dará a conocer un nuevo programa de consolidación fiscal a cuatro años.

Sector bancario irlandés

Pero las explicaciones de Owen siguen sin convencer a Bruselas, desde donde el comisario de Asuntos Económicos, Olli Rehn, ha dejado claro que la Comisión Europea está trabajando con el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional, y las autoridades irlandesas para resolver “los graves problemas del sector bancario irlandés”. Rehn se ha mostrado convencido de que el Eurogrupo apoyará esta iniciativa en la reunión convocada con carácter de urgencia para tratar un posible rescate de Irlanda y Portugal.

Rehn ha dado la razón a Owen al admitir que el sector público irlandés está «bien financiado» hasta mediados del año que viene. El problema es que «los verdaderos problemas están en el sector bancario». Habrá que analizar en profundidad que grado de interconexión existe entre el sector público y el sector bancario.

{destacado}Aunque se había especulado con la posibilidad de que Irlanda utilizara el fondo de rescate de 750.000 millones de euros que se creó en mayo para sus bancos sin tener que someterse a las estrictas condiciones de austeridad exigidas, el ministro de Finanzas holandés, Jan Kees de Jager, ha dejado claro que «si Irlanda decide pedir ayuda, tiene que cumplir las condiciones y lo haremos con el FMI».

Por su parte, el primer ministro luxemburgués y presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, ha insistido en que el Gobierno de Dublín está haciendo «todos los esfuerzos necesarios» de consolidación presupuestaria, que a su juicio «va en la buena dirección». Por ello, los socios europeos están dispuestos a prestar asistencia financiera a Irlanda. Todo dependerá también de lo que decida Irlanda sobre si pedirá, finalmente la ayuda. En este punto han coincidido todos los ministros de Economía asistentes al Eurogrupo.

El mismo debate también se está abriendo sobre Portugal, cuya prima de riesgo aumentando a la velocidad de la luz. Y como el Ejecutivo irlandés, el Gobierno luso, de momento, también rechaza el rescate ofrecido, alegando que su situación no tiene anda que ver con la irlandesa, ya que pueden hacer frente a sus necesidades de financiación incluso en las actuales adversas condiciones de mercado.

Crisis de superviviencia

Así las cosas, el presidente permanente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, ha admitido que la eurozona vive una «crisis de supervivencia» por los problemas de deuda que afectan a los países periféricos y ha avisado de que si la eurozona se hunde también lo hará la propia Unión Europea.

Van Rompuy ha apelado a la unidad en las decisiones para que «la eurozona sobreviva”, mostrando su total convencimiento que se superarán “los actuales problemas”. No obstante, el comisario de Asuntos Económicos matizó el mensaje de Van Rompuy explicando que “no está en cuestión la supervivencia del euro, se trata de un problema muy grave en el sector bancario de Irlanda”, ha replicado Rehn, quien de paso ha leído la cartilla al propio Van Rompuy, pidiéndole que se resista a “tendencias centrífugas y de alarmismo existencial”. La receta de Rehn ha sido clara: unidad, determinación y trabajar para garantizar la estabilidad financiera en la eurozona.

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