Un error en el recuento de los votos ha llevado a la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, a dar por derogado el real decreto ley de reforma laboral, entre gritos de entusiasmo de los detractores de la reforma, el Partido Popular y Vox, que, junto a los socios habituales del Gobierno, Esquerra Republicana de Catalunya y EH Bildu, han votado hoy jueves ‘no’ a la reforma del mercado de trabajo.
Sin embargo, en medio de la ovación, la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, ha vuelto a tomar palabra y ha dicho: —“Señorías: los servicios de la Cámara me informan de que queda convalidado el real decreto ley”.
Tras estas palabras, una nueva ovación, esta vez procedente de la bancada socialista y de sus socios de coalición Unidas Podemos, ha resonado en el Congreso, tras conocerse que la reforma laboral quedaba finalmente aprobada por 175 votos a favor, frente a 174 en contra.
El error ha provenido probablemente de la asignación del voto telemático, por lo que el Partido Popular, a través de su diputada Cuca Gamarra, ha pedido al final de la sesión la palabra, y explicaciones acerca del error. Sin embargo, Batet le ha negado la palabra, y ha cerrado la sesión, alegando cuestiones técnicas que corresponden a la mesa de la Cámara y no al Pleno, entre las protestas de los ‘populares’, especialmente de Teodoro García Egea, el diputado ‘popular’, que, entre grandes aspavientos, ha exclamado, a voz en grito: —“¡Pero qué es esto!”.
Un semestre convulso
Un espectáculo —ajeno al contenido de la norma— que ha culminado un intenso semestre marcado por la negociación de una norma que abole la contratación temporal (o casi) y devuelve peso a los sindicatos a la hora de negociar convenios colectivos.
Un solo voto ha permitido al Gobierno sacar adelante la medida estrella de la legislatura, que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, dejó en manos, no sin resistencias y tensiones, de Yolanda Díaz, la ministra de Trabajo, miembro de Unidas Podemos, la parte minoritaria de la coalición, con los votos sin embargo de invitados no deseados.
De los 335 diputados presentes, 166 han votado ‘sí’ a favor de la norma y otros 169 en contra. Ha sido el voto telemático de los 14 diputados ausentes del hemiciclo el que ha dado la vuelta al marcador. Y sumado los 175 votos favorables, frente a los 174 ‘noes’, que permiten convalidar el real decreto ley.
Un triunfo que socialistas y ‘morados’ han celebrado aliviados, después de los 60 segundos de desconcierto, tras el precipitado anuncio de derogación de Batet, que fue después corregido por la presidenta del Congreso.
La reforma ha salido adelante con los votos de Ciudadanos, PDeCAT y UPN, más un conglomerado de fuerzas como Más País-Equo, Compromís, Nueva Canarias, Partido Regionalista Cántabro, Nueva Canarias y Coalición Canaria; en tanto que, en las filas del ‘no’, se han alistado esta vez aliados del Gobierno, como Esquerra Republicana de Catalunya, PNV, EH-Bildu, BNG, además de PP, Vox y los anticapitalistas de la catalana CUP.
No se tramita como proyecto de ley
Posteriormente, con los mismos votos, y también sin abstenciones, la Cámara ha rechazado la tramitación de la norma como proyecto de ley; el último escollo que debía salvar el Ejecutivo si quería contentar a Bruselas, y optar a los fondos de recuperación frente a la Covid, sin mover una coma del decreto, lo que hubiera ahuyentado a la patronal CEOE.
La norma, vigente ya desde finales de diciembre, proscribe el contrato de obra y servicio, y propone diversas medidas para atajar la temporalidad; de las más elevadas de Europa, incluso en sectores ajenos al vaivén estacional.
También se plantea devolver a los sindicatos algo del fuelle perdido en 2012, cuando el Partido Popular desbancó la hegemonía del convenio de sector, y propició la devalución salarial y de condiciones de trabajo de algunas profesiones, como los vigilantes de seguridad y las camareras de piso de los hoteles.
También se propone mejorar las condiciones de trabajo del personal de las subcontratas, obligando a las empresas a pagar lo que se firme en el sector, donde hay más presencia sindical y por tanto más capacidad para negociar.
Finalmente, la reforma laboral de 2022 devuelve a los convenios colectivos su prórroga indefinida, en tanto se firma uno nuevo.
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