
Biden y von der Leyen en noviembre pasado.
Jeff J Mitchell/PA Wire/dpa
La importancia del gas natural en el consumo de la industria y el doméstico en Europa se ha convertido en una las cuestiones más relevantes en la crisis que se se vive en las fronteras de Ucrania. Los precios de este hidrocarburo se han disparado en los últimos meses, si bien además de los costes que están marcando repuntes históricos de la inflación, lo que más preocupa ahora a políticos y a empresarios son los posibles problemas de suministro: el 40% del gas que consumen los europeos viene de Rusia.
Ahora se vislumbran diversos escenarios a corto y medio plazo en función de la evolución del conflicto en el este de Europa, pero en cualquier caso el gas se mantiene como arma estratégica, tanto para Rusia como para Ucrania, Europa, Estados Unidos y la OTAN. Uno de los más preocupantes es que el Kremlin opte por cerrar el grifo hacia Occidente y por vender más a China
Con este objetivo se están produciendo reuniones de diplomáticos de ambos lados del Atlántico, este lunes está prevista un encuentro de alto nivel, en paralelo a las que tienen como fin el control de la crisis para que no acabe en un conflicto bélico. Porque están relacionados y condicionan la posición de países, el más importante Alemania, que depende en un 50% del suministro que le llega desde Rusia y que contempla como se ha paralizado la puesta en funcionamiento del Nord Stream 2, mientras que otro como el Yamal está reduciendo el bombeo hacia ese país.
Aunque se prioriza encontrar alternativas para las próximas semanas y meses, también se diseñan estrategias a largo plazo. Y España se convierte en un país clave al contar con el número más elevado de plantas de regasificación de Europa (siete en el conjunto de la Península Ibérica).
Esas infraestructuras permitirán que el gas natural licuado (GNL) sea un alternativa con más peso en el suministro de Europa, junto con los gasoductos que llegan a España desde Argelia, y aunque encarezca el precio del combustible da a Europa más capacidad de negociación. Permite, en función de la ubicación de la planta, recibir gas de Qatar u otros países situados más al oriente, o a través del Atlántico.
Sin embargo, el problema más relevante es la baja capacidad del gasoducto que une la península con Europa por lo que la inversión en nuevas redes de transporte se plantean como prioritarios, y más que ahora el gas se ha etiquetado como verde, y tendrá más acceso a fuentes de financiación.
También la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, trabaja con los países de la UE con el objetivo de «constituir reservas estratégicas comunes de gas» y realizar compras comunes de gas.
Aviso Legal
Esta es la opinión de los internautas, no de diarioabierto.es
No está permitido verter comentarios contrarios a la ley o injuriantes.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios que consideremos fuera de tema.
Su direcciónn de e-mail no será publicada ni usada con fines publicitarios.