Mientras, con la que está cayendo, la tasa de paro de la Unión Europea está en el 9,2% y la media de los países del euro en el 10,2%, para que España reduzca el desempleo habrá que esperar hasta el año 2020, según el profesor Carlos Obeso, director del Instituto de Estudios Laborales (IEL) de Esade. Los especialistas consideran que en España existe un paro “técnico” del 8%, algo impensable en el resto de Europa, ya que ese porcentaje es el que tiene ahora Francia en plena crisis, mientras que en Alemania es del 6,5%, muy lejos de Austria (3,9%) y Holanda (4,5%).
Obeso asegura que sólo se generará empleo a partir de la creación de nuevas empresas, aunque no descarta que, sin embargo, las actuales empresas puedan crearlo a través del incremento de la demanda exterior o un repunte del crecimiento. Los sectores de las energías renovables o la tercera edad, empresas innovadoras integradas “en red, alrededor de una gran empresa” y compañías ubicadas en parques tecnológicos “que sean aglutinadores e impidan que el innovador o emprendedor esté aislado”.
En opinión de Carlos Obeso, “no podemos esperar realmente un punto de inflexión en los datos del paro a medio plazo”. La Encuesta de Población Activa (EPA) ya traía hace tiempo malas noticias. Ahora, con los nuevos datos sobre la mesa, es “el momento de actuar”. “Si nos pusiéramos a ello hoy mismo, los próximos 8 años podríamos rebajar el desempleo un 10%”, afirma Obeso. Y añade: “en el fondo, la cuestión no es tanto cuándo ni cuánto, sino sobre todo cómo y dónde”.
El director del IEL-ESADE apuesta por la formación de un nuevo modelo en la creación de empleo: nuevas empresas que potencien el valor añadido. Según constata el Informe Kaufman, en USA “más del 60% de creación de empleo neto se da en nuevas empresas y las grandes lo hacen sobre todo a través de spin-offs”. Por el contrario, en España, y como advierte el recién publicado Libro Blanco de la Iniciativa Emprendedora en España, realizado por Esade y la Fundación Príncipe de Girona, “un 70% de los jóvenes españoles prefieren la estabilidad a crear su propia empresa”, apuntando como salidas la formación y mejorar la financiación. Según Obeso, “las administraciones públicas deben apostar por un modelo que aporte valor añadido. Empresas con un plan estratégico coherente, que estén articuladas en red y lideradas por emprendedores con formación”.
De acuerdo con Obeso, la Administración pública debe estar presente en estas empresas, apoyando y apostando decididamente por “la ventanilla única”; acortar y abaratar los procesos de creación de empresas. Opina que se debe “articular un trato fiscal favorable”, lo que permitiría trabajar con costes más bajos al principio que subirían de manera progresiva cada año. Potenciar las políticas activas y priorizar los procesos de acreditación profesional deberían ser también prioridades fundamentales. “Las empresas crearán valor si tienen mano de obra cualificada”, afirma.
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