Después de un largo periodo, Telefónica ha logrado luz verde para materializar la mayor operación corporativa desde 2015. El Consejo Administrativo de Defensa Económica (CADE) de Brasil ha aprobado la venta de los activos móviles de Oi, que es hasta ahora el cuarto operador nacional, a sus competidores Telefónica Brasil, TIM y Claro (filial de América Móvil, controlada por Carlos Slim). Una operación, que tendrá que cumplir con condiciones para no empeorar la competencia pese a la concentración que elimina operadores en telefonía móvil.

Para el grupo que preside José María Álvarez-Pallete, la transacción supondrá la incorporación del orden de 10,5 millones de líneas móviles, para lo que abonará uno 900 millones de euros. Y sumará más de 100 millones de clientes en ese segmento. Una cota más que relevante en el mercado brasileño donde se refuerza, y que es el mayor para el grupo. Es además una sus áreas estratégicas junto a España, Alemania y Reino Unido.

La oferta conjunta entre Telefónica, TIM y Claro (América Móvil) por Oi se formalizó a finales de enero de 2021 y alcanza un montante global de 2.684 millones de euros (unos 16.50 millones de reales brasileños). Telefónica deberá hacer frente el 33% de la cifra conjunta (895 millones de euros).

Oi afronta una complicada posición financiera, está en concurso de acreedores desde 2016. La venta de los activos de móviles era imprescindible para asegurarse la supervivencia. Si bien el reparto de la telefonía móvil entre los competidores se ha enfrentado a obstáculos, de hecho, como se mostró en la votación de ayer: se registraron tres votos a favor y tres en contra, lo que obligó a presidente del organismo, Alexandre Cordeiro, hizo valer su voto de calidad positivo para que la aprobación de la transacción salga adelante.

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