Después de tres días de infarto, el primer ministro griego, Yorgos Papandreu, ha decidido proponer a la posición conservadora crear un gobierno de unidad nacional para superar una de las más graves crisis políticas vividas en el país heleno, tras su anuncio de convocar un referéndum para que los ciudadanos griegos digan si quieren o no el segundo rescate del país por parte de la UE. El objetivo es aprobar en el Parlamento el segundo plan de rescate (130.000 millones) para Grecia con el voto del partido conservador. Ante este cambio, los griegos ya no tendrán que ir a un referéndum.

De esta forma, Papandreu ha cedido y aceptado negociar con los conservadores el rescate europeo en el Parlamento y retirar su propuesta de referéndum para la que ya había fecha, el 4 de diciembre, según ha confirmado el ministro de Finanzas heleno, Evangelos Venizelos. No obstante, todo dependerá de que, finalmente, los conservadores apoyen el plan de rescate. De esta forma se calmaban los ánimos en la eurozona y entre los principales estadistas de las veinte principales economías de todo el mundo, reunidos en la Cumbre del G-20 en Cannes. A los mercados también llegó cierta tranquilidad, con subidas generalizadas en las Bolsas desde que empezó a circular el rumor de que el primer ministro griego estaba negociando a marchas forzadas con la oposición para poder retirar el referéndum.

Venizelos confirmaba poco después que no se celebrará el referéndum en Grecia ante su grupo parlamentario socialista, después de haberse enfrentado directamente a Papandeu y haberse manifestado en contra de la idoneidad del plebiscito, mientras en el ámbito político muchos apostaban por la dimisión del primer ministro, toda vez que cada vez más miembros del partido socialista se sumaban a votar en contra de la consulta popular.

Ante el estruendo ocasionado con su convocatoria, Papandreu reconocía este jueves que tenía tres posibles salidas: convocar elecciones anticipadas, lo que en palabras del primer ministro hubiera sido catastrófico; convocar el referéndum o alcanzar un amplio consenso político. En ningún momento contempló la posibilidad de dimitir.

En cuanto a la presión ejercida por los líderes europeos sobre cómo debía llevar la consulta, Papandreu les dejó claro un mensaje: Grecia estará bajo supervisión económica, pero las instituciones democráticas siguen siendo del país. El primer ministro heleno, además, aseguró que algunos le llegaron a acusar de realizar “chantaje” por la posibilidad más que probable de que Grecia se saliera del euro.

Pero la nueva apuesta de Papandreu no le va a salir gratis. El líder de la oposición, Antonis Samaras, ya le ha advertido de que apoyará el plan de rescate a cambio de que el primer ministro acepte formar un gobierno de transición hasta que se celebren unas elecciones anticipadas, en las que según todos los sondeos ganarían los conservadores. Por este motivo, Samaras acepta que Grecia reciba los 8.000 millones de ayudas comunitarias comprometidos y se acepten las condiciones fijadas a Grecia para recibir el segundo plan de rescate.

El propio Venizelos confirmó a última hora que Grecia recibirá los 8.000 millones de euros comprometidos por la UE antes del próximo día 15 de noviembre. La ayuda es urgente, ya que el país tiene dinero para afrontar sus pagos hasta el 11 de diciembre, cuando debe hacer frente a vencimientos de su deuda por 12.000 millones de euros.

La creación de un gobierno de coalición incluso es bien vista por un grupo de diputados socialistas, cerca de 30, que han pedido que se acepten las ayudas y el plan de rescate. Incluso hasta podía tener elegido al primer ministro de ese nuevo Gobierno, Lucas Papademos, exvicepresidente del BCE, aunque para ello sería necesario que Papandreu dimitiera, una posibilidad descartada desde un primer momento por el propio primer ministro.

Papandreu ha encargado directamente a dos reputados diputados del Pasok las negociaciones con los representantes del partido conservador (Nueva Democracia), al tiempo que confirmaba su satisfacción por no tener que celebrar el referéndum, que según explicó “no era un fin en sí mismo”. El estadista griego, además, ha asegurado que con su iniciativa de consulta ha provocado que “mucha gente vuelva a sus cabales”.

En Nueva Democracia han confirmado que Papandreu ya ha hablado por teléfono con Anonis Samaras y que está previsto que las conversaciones entre ambos partidos durante toda la noche. Esta es la razón por las que el propio primer ministro confirmaba en el Parlamento heleno que “las intenciones de Samaras son buenas, quiere cooperar y quiero darle las gracias por su postura”.