El equipo de Xavier Trias ha presentado su anteproyecto de presupuestos, en los que pretende pasar de la cultura del gasto a la cultura del coste y generar confianza en la ciudad. Ponen como prueba del algodón de la solvencia de la entidad el “pago a 30 días como termómetro clave. La disponibilidad de la caja no engaña”. Bajo esta premisa, la filosofía de los presupuestos pretende ser “austero pero realista, priorizando  las políticas sociales, la reactivación económica, el fomento de la ocupación, la seguridad ciudadana y tener un espacio público de calidad».

La segunda teniente de alcalde y responsable del área económica del gobierno municipal, Sònia Recasens explicó que negociará este proyecto de presupuestos con el PP para poder aprobar en la comisión del martes el trámite inicial. Aseguró que los socialistas en estos momentos “no piensan en Barcelona” y por ello “negocia con el grupo municipal que puede y está dispuesto a negociar y sacar adelante las cuentas”.

Aseguró la concejal que “nos comprometimos a no gastar más de los ingresos que tenemos asegurados para proteger la solvencia financiera de la institución”. El proyecto de presupuestos prevé unos ingresos corrientes de 2.091 millones y unos gastos corrientes de 1.839 millones, con una necesidad de financiación de 75 millones y un ahorro bruto de 261, o sea pasar de un ahorro bruto del 3% de los ingresos a un ahorro bruto del 12,5%. La previsión de endeudamiento para el2012 es de165 millones, con un contempla inversiones por valor de 371 millones, de los cuales 265 están comprometidos por el gobierno anterior.

Recasens aseguró que con estos presupuestos se plantean como reto  “convertir Barcelona en el motor del paísa” unque partan de “una situación dura y comprometida, somos solventes pero estamos en un punto de partida complicado que el gobierno ha de enderezar”..