Los mercados no descartan un enfrentamiento militar directo entre Rusia y la OTAN

25/02/2022

Miguel Ángel Valero. El corte del suministro de energía a Europa es una estrategia que Rusia puede emplear como táctica de represalia ante las sanciones o si los acontecimientos no le son favorables.

La invasión de Ucrania por Rusia, y sus consecuencias, está generando un aluvión de análisis y de informes. Analistas y gestores se muestran especialmente preocupados por los riesgos geopolíticos (este año hay elecciones en Francia y en EEUU) y su impacto en la recuperación de la economía mundial, con un endurecimiento de las condiciones financieras, un freno a las decisiones de inversión y de consumo, nuevos problemas en las cadenas de suministro, encarecimiento de la energía y, por tanto, más inflación, lo que a su vez hace más visible la amenaza de la estanflación.

Además del fuerte incremento de la volatilidad en los mercados y del impacto en productos como el trigo (que encarecerán los alimentos), los mercados empiezan a incluir dos amenazas, aunque no figuran en sus escenarios más probables: el corte de suministro de energía rusa a Europa, y un enfrentamiento militar directo entre Rusia y la OTAN.

Por el lado positivo, esta situación beneficiará a las renovables, ya que Europa acelerará la transición ‘verde’ para reducir su dependencia energética de Rusia. También a las tecnológicas y a los valores tradicionalmente considerados como defensivos. Y también impulsará al dólar y al yen.

Silvia Dall’Angelo, economista senior del negocio internacional de Federated Hermes, subraya que «el riesgo geopolítico tiene diferentes formas de afectar negativamente a las perspectivas económicas mundiales». y que «la ansiedad en los mercados financieros puede dar lugar a un endurecimiento de las condiciones financieras» a escala mundial. Así,un dólar más fuerte, «normalmente visto como una moneda de refugio», se convierte en «problemático (especialmente para los países emergentes), si es persistente».

«La incertidumbre geopolítica tiene un impacto negativo en el sentimiento de las empresas y los consumidores; si es lo suficientemente intensa, puede afectar negativamente a las decisiones de inversión y consumo. Además, en un mundo interconectado, los conflictos regionales pueden provocar interrupciones en la cadena de suministro, con amplias consecuencias negativas para la producción mundial», argumenta.

La invasión de Ucrania impulsará «los precios de la energía de forma significativa, lo que provocaría efectos inflacionistas inmediatos y un gran lastre para el crecimiento mundial».

«Desde el punto de vista de la política monetaria, este conflicto implica un mayor deterioro de los ya complicados equilibrios entre crecimiento e inflación a los que se han enfrentado los bancos centrales», por lo que «la crisis aumenta el margen de error de las políticas» de éstos.

Lewis Grant, gestor senior de carteras de renta variable global del negocio internacional Federated Hermes, apunta que uno de los beneficiarios a largo plazo serán las empresas de energías renovables, ya que se acelerará las inversiones en éstas a medida que Europa intente desprenderse del gas ruso.

«Si el crecimiento empieza a ser más escaso, podríamos ver un nuevo cambio en el apetito por el riesgo», con «una preferencia por el crecimiento de alta calidad, sostenible y predecible». «Las empresas tecnológicas de gran capitalización se han visto amenazadas este año, pero pueden volver a ser atractivos refugios (junto con los refugios tradicionales, como las acciones de defensa y tabaco)», opina. «Los factores macroeconómicos y geopolíticos dominarán durante algún tiempo y, hasta que se estabilicen, deberíamos esperar un alto grado de volatilidad diaria. Por lo tanto, nuestra creencia en tener una cartera equilibrada con una exposición diversificada al crecimiento, el valor y la calidad sigue siendo fuerte», comcluye.

Ebury espera que la aversión al riesgo domine la narrativa en el mercado de divisas durante un tiempo. “Es probable que el yen japonés y el dólar estadounidense reciban un apoyo adicional a corto plazo, como suele ocurrir en los periodos en los que el sentimiento por el riesgo empeora. También creemos que la crisis tendrá un menor impacto en la política de la Reserva Federal que en la del Banco Central Europeo, lo que puede pesar más en el EUR/USD”, explican sus analistas.

“Las divisas dependientes del petróleo, como el dólar canadiense, también podrían recibir algo de apoyo si los precios del petróleo se mantienen elevados o continúan subiendo”, apunta. En cambio, «las monedas de riesgo parecen vulnerables a pérdidas adicionales por ahora». «Esperamos que las divisas sigan siendo muy sensibles a los acontecimientos en Ucrania», subrayan

François Rimeu, estratega senior de La Française AM, avisa del riesgo de «una crisis energética prolongada y creciente en Europa». «Otros mercados de materias primas también podrían verse afectados, especialmente aquellos en los que Rusia es uno de los mayores productores: níquel, paladio, uranio y fertilizantes. En este caso, la inflación se vería aún más presionada por el aumento de los precios de los alimentos y de los semiconductores, entre otros», advierte. «Es probable que el conflicto entre Rusia y Ucrania provoque una prima de riesgo en las materias primas», insiste.

«Los bancos centrales se enfrentarán a un dilema y se verán obligados a elegir entre dos opciones, cada una ellas, a su vez, podrá tener efectos económicos negativos. La primera opción sería respetar sus mandatos, manteniendo así su credibilidad y continuando el endurecimiento de la política monetaria para luchar contra la creciente inflación. Con la demanda de los consumidores potencialmente bajo presión, ésta es una opción difícil de tomar y podría tener efectos negativos sobre el crecimiento. La segunda opción sería retrasar las subidas de tipos hasta que la situación se calme, lo que implicaría correr el riesgo de que la inflación se consolide», explica.

Este experto cree que la Fed subirá los tipos «de forma constante en 25 puntos básicos en cada una de sus próximas reuniones. En el caso de la BCE, es probable que la retirada de los estímulos se retrase.

«Nos oponemos a una reducción masiva de la exposición a activos de riesgo», enfatiza Rimeu, que ve «probable que los mercados de renta variable experimenten una gran volatilidad», lo que hará «más complicada la toma decisiones de inversión». Pero «tenemos una postura positiva a medio plazo sobre los valores energéticos y relacionados con las materias primas, y mantenemos un sesgo de aplanamiento en nuestras carteras de renta fija».

David Rees, economista senior de mercados emergentes de Schroders, cree que la atención se centrará en el impacto del aumento de los precios de las materias primas y en la inflación.

Dorian Carrell, gestor de fondos multiactivos de Schroders, añade: «no creemos que se haya alcanzado el punto máximo de incertidumbre, de hecho, podrían continuar las tensiones en el mercado y persistir la volatilidad».

Tom Wilson, responsable de renta variable de mercados emergentes de Schroders, insiste en que «la incertidumbre seguirá siendo elevada y, en consecuencia, es probable que se mantenga elevada la prima de riesgo de los activos rusos».

Loomis Sayles, la gestora de fondos del grupo Natixis IM, advierte que «el conflicto supone un impuesto al crecimiento mundial». No descarta el corte de suministro de energía a Europa, aunque no es su escenario base, y que aunque el riesgo de un conflicto militar directo entre Rusia y la OTAN es “muy bajo”, «es una eventualidad que no está descontada en el mercado».

«Esperamos un aumento de los precios del petróleo y del gas incluso si las sanciones energéticas no se materializan. El corte del suministro de energía a Europa por parte de Rusia no figura en nuestra hipótesis de base, pero es una estrategia que Rusia podría emplear como táctica de represalia o si los acontecimientos no le son favorables. También prevemos un aumento de los precios de los alimentos: Ucrania es un exportador neto de trigo, y la interrupción del suministro de trigo procedente de Ucrania podría tener un impacto significativo en los precios del trigo», razona.

«Actualmente no vemos que la situación descarrile el endurecimiento de la política monetaria de los bancos centrales a nivel mundial», pero «el conflicto probablemente creará un entorno de decisiones de política monetaria más complejo, ya que los bancos centrales se enfrentan a los riesgos de una posible estanflación, y  tener que adaptar sus estrategias en consecuencia».

Ben Laidler, estratega de mercados globales de eToro, considera que la geopolítica tiene “poco impacto duradero” en los mercados, pero subraya que “algunas áreas específicas, desde Europa del Este hasta las materias primas, se ven gravemente afectadas”. «Los inversores más reacios al riesgo deberían considerar la media del coste del dólar para gestionar la volatilidad y capturar una eventual recuperación. Los sectores de más tolerancia al riesgo al riesgo son los value, como la energía y las finanzas, y las grandes tecnologías», señala.

«Creemos que los fundamentales son seguros. Ucrania se suma a los riesgos de una mayor inflación y menor crecimiento a los que ya se enfrentaban los mercados. Muchos fundamentales subyacentes se han fortalecido. Estamos saliendo de una buena temporada de resultados en el cuarto trimestre, con las economías ahora reabriéndose. Las valoraciones son más bajas, el riesgo de la Fed está mejor valorado y el sentimiento es malo. Una subida de tipos de la Fed el 16 de marzo podría ser un evento catártico», apunta.

«Nuestro indicador de sentimiento contrario a los inversores se encuentra en niveles que solo se vieron en la pandemia, en marzo del 2020, durante la rebaja de la deuda estadounidense del Black Monday del 2011 y durante la crisis financiera mundial de 2008-2009», aporta. «Con un sentimiento tan negativo, históricamente ha habido una importante alza en el mercado para un eventual alivio de la incertidumbre», precisa.

El equipo de análisis de Generali Investments Partners admite que la invasión de Ucrania «ha sido una sorpresa si se tiene en cuenta el importante coste económico que supone para Rusia». «Al analizar los posibles escenarios, sospechamos que es poco probable que se produzca una rápida desescalada. El presidente Putin puede intentar sacar provecho de un entorno político peculiar a ambos lados del Atlántico. La tensión social derivada de la transición energética y la inflación está dando más ventaja a Rusia, especialmente en países dependientes de la energía como Alemania e Italia. Tanto Estados Unidos como Francia se enfrentan a elecciones este año», argumenta.

«El principal riesgo radica en un aumento continuado de los precios de la energía, que podría precipitar una desaceleración económica», avisan, ya que la crisis ha aumentado los riesgos de estanflación.

«Aunque las tensiones geopolíticas suelen crear oportunidades de compra, no creemos que haya que apresurarse en comprar en caídas. Por el momento, reducimos aún más la ciclicidad de las carteras, a la espera de una mayor estabilidad tanto en el complejo escenario geopolítico como en el energético. Hay que aumentar temporalmente el efectivo, reducir los valores cíclicos y, en menor medida, el sesgo hacia el value, especialmente sobre el sector financiero, manteniendo la exposición a la energía. Seguimos sobreponderando el crédito, pero más enfocados hacia los bonos con grado de inversión que a los de high yield. Los balances de los bonos soberanos parecen más expuestos que los privados», señalan.

Los expertos de la gestora de patrimonios Welzia Management destacan el peso de Rusia en la economía mundial es relativamente pequeño, no solo en PIB mundial (3%), sino en los mercados financieros (su peso en el MSCI WORLD es del 0,32%, prácticamente irrelevante). Desde el punto de vista de relaciones comerciales con Europa, tampoco es un mercado prioritario (respecto a Alemania, ocupa el 15º lugar en exportaciones e importaciones). Sin embargo, uno de los principales productos importados de Rusia por parte de Europa es el petróleo y el gas natural, y «la mala gestión de política energética europea le hace más sensible» a ese factor.

“A pesar de ello, no creemos probable que pueda repetirse una crisis como la vivida en los años 70, cuando la OPEP paralizó la economía americana”, sostiene Miguel Uceda, director de inversiones de Welzia Management.

En lo que respecta a la inflación, «un incremento sostenido del precio del petróleo, por encima de los 100 dólares por barril, podría hacer que la inflación se mantuviera todavía alta, en un momento en el que se esperaba que fuera reduciéndose paulatinamente, una vez se van solventando los problemas de suministros, cuellos de botella, etc».

No obstante, no vaticinan que esta situación pueda traducirse en que los bancos centrales vayan a ser más agresivos, aunque el mercado actualmente descuenta seis subidas de la FED y posiblemente una subida para el BCE.

En momentos de elevada volatilidad e incertidumbre como el actual, la gestora recomienda mantener la calma, ya que en el largo plazo la alta volatilidad desaparece. “Grandes inversores como Benjamin Graham nos recuerdan que ‘el mercado es esquizofrénico en el corto plazo pero recupera su cordura en el largo plazo’”, comenta Uceda.

“Para el conjunto de 2022 seguimos confiando en que la recuperación económica permitirá mantener un sano crecimiento de beneficios, que la inflación terminará reduciéndose a partir del segundo semestre y que las subidas de tipos no dañarán el crecimiento económico ni lastrarán las condiciones financieras, por lo que las caídas de los activos e incrementos de volatilidad seguirán siendo oportunidades de compra”, sentencia el director de Inversiones de Welzia Management.

Bank of America recomienda infraponderar los valores cíclicos frente a los defensivos y anticipa una caída del índice Stoxx 600 de en torno al 7%. La entidad sigue sobreponderada en renta variable española e italiana, e infraponderada en la fracesa y británica, según ha especificado en un informe publicado este viernes.

Bank of America detecta dos riesgos adicionales debido al conflicto: una posible caída de 50 puntos básicos del PIB europeo debido a la subida de la energía, y más incertidumbre respecto a la economía comunitaria si se agravan los enfrentamientos.

En este contexto de incertidumbre, los valores preferidos por Bank of America son las ‘utilities’ y el sector de bienes personales, mientras que entre los cíclicos destacan el automovilístico.

El socioy director de inversiones de Rentamarkets, Ignacio Fuertes, no descarta que la Reserva Federal retrase las subidas de tipos.

El responsable de Bitpanda en España, Alejandro Zala, subraya que el índice de las criptomonedas se sitúa actualmente en el «miedo extremo», lo que hasta ahora «significaba una mejor oportunidad de compra», pero con los «factores externos involucrados», esta vez puede ser diferente.

El cofundador de la gestora alemana Flossbach von Storch, Bert Flossbach, resalta que «las carteras deberían estar construidas de forma tan sólida que puedan sobrevivir a largo plazo incluso a las grandes crisis».

Y el responsable de economía y estrategia de Allianz Global Investor, Stefan Hofrichter, advierte que no es el momento de comprar.

 

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