La independencia profesional puede traer muchos beneficios; esta permite trabajar libremente y ser nuestro propio jefe. Sin embargo, existen ciertos factores que pueden condicionar nuestra actividad y perjudicarnos si no los tenemos en cuenta. Uno de los más importantes de ellos es saber cuánto cobrar como freelancer.
Cómo calcular un presupuesto
Comenzar nuestro propio negocio o práctica profesional resulta gratificante en muchos sentidos, especialmente porque podemos disponer de nuestro tiempo y esfuerzo de la manera que nos parezca más conveniente. Justamente por eso, se trata de una de las alternativas más populares entre los jóvenes hoy en día. Pese a ello, esto puede resultar difícil, especialmente al principio; si bien puedes ser extremadamente capaz en tu actividad, también debes ser capaz de calcular tu presupuesto como freelance y gestionar tus operaciones. Esto incluye producir una contabilidad rigurosa y pagar impuestos, entre otras cosas, para garantizar el éxito de tu proyecto.
Calcular el tiempo estimado de trabajo mensual
En primer lugar, debemos poder establecer un criterio claro en cuanto a la disponibilidad de nuestro tiempo y esfuerzo en términos monetarios. Si bien para el cliente esto puede no resultar evidente, nuestra capacidad es algo que obtuvimos mediante la práctica o el estudio, sin importar que tan sencillo sea el encargo.
Por lo tanto, es fundamental calcular un estimado de cuántas horas, días o semanas puede llevarnos realizar un pedido y, en función de ello, considerar cuántos pedidos podemos realizar mensualmente. Esto nos permite determinar los ingresos mínimos y costos involucrados, así como también los recursos de los que debemos disponer y establecer una relación comercial legítima con el cliente.
Calcular las horas de trabajo disponibles
En segundo lugar, determinar cuántas horas vamos a dedicar a nuestro trabajo resulta indispensable para establecer un presupuesto como freelance. Debemos tomar el tiempo de demora medio establecido en el punto anterior y dividirlo en horas y considerar cada hora como una acumulación de esfuerzo y dinero.
Estimar correctamente este factor permite detallar al cliente el tipo de trabajo en función de las características del pedido y nos permite maximizar el rendimiento de nuestros recursos —si nos conviene más un pedido que otro o si podemos tomar varios de ellos—. Asimismo, esto representa una necesidad en cuanto a nuestra disponibilidad: es mejor tomar pedidos que sabemos que podemos realizar que no cumplir con alguno de ellos y perder un cliente.
Calcular tarifa estándar para nuestro trabajo
Una vez determinados los puntos anteriores —tiempo estimado para concluir un proyecto y cantidad de horas laborales aproximadas—, podemos realizar un resumen detallado de los costos asociados con nuestra actividad y estimar sobre eso el valor de nuestro trabajo. Sin embargo, debemos ser realistas y considerar los valores del mercado: las tarifas deben ser competitivas y el cliente debe conocer qué está pagando.
En este sentido, podemos emplear dos modelos o una combinación de ambos:
- Por un lado, establecer un precio fijo por proyecto o tarea sin importar cuánto tiempo nos lleve realizarla. Este modelo se orienta hacia el cliente, ya que le permite conocer de manera íntegra el valor total de un encargo.
- Por otro lado, podemos establecer un precio por hora de trabajo invertida en el proyecto. De esta manera, el freelancer dispone una especie de contador con el que puede cobrar exactamente lo que cada proyecto vale, en función de su complejidad y particularidades específicas.
Para realizar el cálculo estimado de una tarifa fija o por hora podemos aplicar la siguiente fórmula:
(Costos habituales de vida + costos totales de la actividad freelance) / (cantidad de horas de trabajo disponibles en el año) + impuestos a pagar
Tarifa media del sector
El resultado del cálculo de la tarifa de un determinado freelance puede variar según el tipo de actividad, su especialidad y su experiencia. Sin embargo, resulta indispensable investigar el mercado y a la competencia para conocer la tarifa media habitual del sector en el que nuestra actividad se inscribe.
Nuestro cálculo puede quedar por debajo o por encima de la media que los competidores suelen cobrar o que los clientes estén dispuestos a pagar. Por lo tanto, debemos sumar a nuestro cálculo el análisis de los tarifarios disponibles. Hoy, por suerte, estos pueden encontrarse de manera relativamente sencilla y darnos una idea de si vamos por el buen camino.
Al comienzo, quizás la mejor opción sea competir por precio y ofrecer uno más bajo que el de los competidores para obtener clientes y ganar experiencia. Con el tiempo, podemos incrementar nuestro ingreso en función de la calidad de nuestro trabajo, pero también por la confianza que nuestros clientes depositen en él.
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