Fabrica de latas de aluminio para bebidas de Ball

Cuando se cumplen poco más de una semana de la invasión de Ucrania por Rusia, las consecuencias económicas de esta guerra se perciben en todas las actividades y mercados, y sin visos de que cambien de rumbo. Las cotizaciones de la energía y de materias primas agrícolas suben jornada a jornada, en la medida que los problemas en los gasoductos, el bloqueo de los puertos y el veto a espacios aéreos pueden cortar el comercio.

También se disparan metales estratégicos por razones similares, y presionan a empresas industriales europeas, En una semana el aluminio y el zinc suben un 10%; el níquel, más del 6%, mientras que el litio se apunta un 26% al alza en un mes. El litio es un componente fundamental para la fabricación de baterías eléctricas recargables, vehículos eléctricos y para sistemas de almacenamiento energético. El cobre, con más moderación, evoluciona en el mismo sentido.

Y este jueves el petróleo y el gas marcan nuevos récords, con el Brent negociándose a más de 117 dólares el barril. El crudo referente en Europa, que encadena cuatro sesiones alcistas, mantiene esa tendencia después de conocerse la decisión de la OPEP+ de acogerse al plan ya diseñado de aumento gradual de la producción del oro negro. Bancos de inversión y otras entidades que analizan las tendencias prevén que alcance los 125 dólares a corto plazo. Como consecuencia, las gasolinas sufren el quinto récord en una semana, y el gasóleo también se encarecen.

El gas cotiza con elevada volatilidad, con aumentos que llegan al 30% en una jornada, hasta el umbral de los 200 euros por megavatio-hora. Y el precio de la electricidad se mueve en la misma dirección, mientras que en el seno de la UE se contempla modificar el sistema de fijación de los precios de la electricidad, desvinculándolo del gas.

La trayectoria es igual de preocupante en el área de las materias primas agrícolas. El trigo y el maíz suben de nuevo este jueves, así como la soja, y la evolución ya se percibe en el precio del pan. Analistas internacionales destacan que de no pararse esta tendencia repercutirá especialmente en países de África, como el Magreb o Egipto, en donde son la base de la alimentación de la población.