A finales del año 2019 la reina Sofía, en una conversación informal, me confesaba que el rey Juan Carlos “está recuperándose muy bien, tanto que está empeñado en volver a navegar. Es tan tenaz que seguro lo consigue”. El vaticinio de la esposa del rey Emérito y las propias ganas del monarca se vieron truncadas por la apertura de investigaciones, en la fiscalía del Tribunal Supremo de España, por las presuntas irregularidades cometidas por don Juan Carlos. El 3 de agosto de 2020 comunicó que se trasladaba fuera de España para facilitarle a su hijo Felipe el ejercicio de sus funciones como Jefe del Estado. Por tanto no pudo cumplir el vaticinio que me confesaba la reina Sofía y tampoco pudo tomar parte en el Campeonato de Europa, ni en el del mundo de barcos clásicos de 6 metros, categoría en la que don Juan Carlos es “el rey”, es Bicampeon del mundo de barcos clásicos de 6 metros.

En los casi dos años que lleva expatriado en Emiratos Árabes, se ha anunciado en varias ocasiones su presencia en Sanxenxo. Ahora, que ha regulado su situación con el fisco y la justicia ha dado carpetazo a sus investigaciones porque los hechos han prescrito, era inviolable o falta de pruebas, el rey Emérito se libra de la Justicia legal y parece que ha llegado el momento de regresar a España. El malestar social continua porque los hechos siguen ahí aunque la Justicia, que los reyes en sus discursos se empeñan en recordarnos que es igual para todos, le haya facilitado la libertad de movimientos. Su edad y su deseo de regresar son más fuertes y lo mismo que otros reyes eligieron retirarse a vivir sus últimos años fuera de la Corte, Carlos V por ejemplo en Yuste, Extremadura. El rey Emérito puede escoger Galicia donde tiene “su reino”.

El propio presidente de la Xunta gallega, Alberto Núñez Feijó, ya se lo dijo; “nunca estaremos lo suficientemente agradecidos a Su Majestad, el rey don Juan Carlos, por ponernos una vez más en el mapa del mundo y en el mapa de la élite de este deporte (se refiere a la vela). En Galicia estamos muy contentos con usted porque es nuestro permanente embajador vitalicio de Galicia y del Camino de Santiago. Usted es nuestro rey de Galicia”. Estas palabras las pronunciaba el presidente gallego, ante don Juan Carlos, después de dar por finalizada la temporada de regatas en el Real Club Náutico de Sanxenxo en 2019. Y es que el rey Juan Carlos, se encuentra tan a gusto en Galicia que no ha dudado en aprender algo de gallego.Al propio Feijó le decía “Alberto, cuando vengo yo, en Galicia nunca chove (llueve en gallego)”.

En Sanxenxo don Juan Carlos tiene su pequeña Corte y se aloja en casa de su amigo, Pedro Campos, presidente del Real Club Náutico de Sanxenxo y compañero de regatas. Un gallego que tuvo el detalle de cambiarle en 2015, a raíz de la abdicación del rey Emérito, el nombre a una competición que existía desde el 2000, para rebautizarla como Regata del rey Juan Carlos I. La casa de Pedro Campos, ubicada en la playa de Áreas, hace, a falta de palacio real, las funciones de residencia oficial del Monarca y de su familia porque allí también pernoctan su hija, la infanta Elena y doña Sofía, cuando ha ido. Una residencia bien ubicada en la playa de Áreas pero sin pretensiones y acomodada a sus necesidades. Como la casa tiene dos alturas, que le dificulta la subida de escaleras a los dormitorios, al rey Emérito le han habilitado una zona en la planta baja y es donde don Juan Carlos tiene “siempre las puertas abiertas” como me ha afirmado en varias ocasiones el propio Pedro Campos. Y donde pasó su ultimo almuerzo en España desde allí partió en un vuelo privado hacia el exilio de Emiratos en agosto del 2020.

El presidente de la Xunta Gallega no ha tenido reparos en reconocer la Corte para “el rey vitalicio de Galicia” que se ha establecido en la ría de Pontevedra: “Por qué el rey Juan Carlos I ha decidió establecer su reinado, con el permiso de Felipe VI, en Galicia. Yo supongo Señor que, palacios hay muchos en el mundo, pero los que no se pueden comprar son los palacios líquidos del mar y usted, Señor, ha conseguido tener también su palacio en el mar y ha conseguido, compitiendo y arriesgando, tener en esta ría de Pontevedra, su palacio permanente de destino, y como siempre hay un gallego en el medio, en este caso es Pedro Campos. Usted, Señor, es nuestro ministro de exteriores permanente del reino de Galicia. Usted es el rey vitalicio de Galicia”