La invasión rusa de Ucrania sube el precio del gas, pero hay alternativas

10/03/2022

Antonio Picazo, CEO de Gana Energía. Ningún gobierno debería obviar el peligro de la inflación.

El mundo entero se mantiene en vilo ante el conflicto bélico que está teniendo lugar entre Rusia y Ucrania desde el pasado 24 de febrero. Y no solo por la importancia social de este suceso, sino también porque Rusia es el principal exportador de gas natural hacia gran parte de Europa. Además, muchos de los gaseoductos por donde se transporta este bien energético pasan por Ucrania.

Debido a la subida en el precio del gas, que ya se está haciendo notar, Europa se encuentra en una situación crítica. Igualmente lo está por la posible falta de suministro, lo que repercutiría en la economía de cada país. ¿Cómo impactaría en España?

Imagen: Oleg Mityukhin (obtenida en pixabay.com y modificada).

En principio, no hay motivos concretos para pensar que España sufrirá la falta de suministro, en caso de que Rusia decida cortar el abastecimiento. En realidad, la dependencia de nuestro país del gas ruso es relativa, su peso en el total de gas importado es mínimo, supone menos del 10% del gas que recibimos. La mayor parte del gas consumido en nuestro país proviene de Argelia. Además, como el transporte se realiza por barco, realmente se podrían buscar otras alternativas para cubrir su falta.

Lo que sí puede ocurrir, si finalmente se reduce la oferta de gas ruso, es que haya un incremento muy significativo en el coste final del mercado mundial. Eso es lo que ya está ocurriendo en mercados de contado, cuyo precio, tarde o temprano, se traslada al mercado a plazo y a la economía en su conjunto.

La electricidad se encarece
Uno de los primeros servicios cuyo precio que se vería afectado con esta subida es la luz. En España, se aprovecha la quema de gas para producir electricidad; sin este proceso, no se generaría la energía suficiente para cubrir la demanda de la población española. Por este motivo, cualquier subida que se produzca en el coste del gas se acabará trasladando al precio de la luz, con total seguridad.

Las únicas formas posibles de eliminar la dependencia energética con Rusia no son inmediatas, ni tampoco baratas. Por un lado, sería preciso continuar con la instalación de capacidad renovable, lo que haría disminuir el consumo de gas destinado a la generación de electricidad. Por otro lado, si tuviéramos que seguir consumiendo el gas habitual, podríamos hacerlo a través del conocido como Gas Natural Licuado (GNL), que puede ser transportado en barcos, lo que permitiría elegir a cualquier productor de gas del mundo.

Ante la situación actual, es muy aventurado afirmar qué pasará, dado que el futuro no se puede conocer con certeza. Las energías renovables serán una solución, a medio y largo plazo, a la dependencia energética de España con el exterior. Pero, a corto plazo y con respecto a los hechos que están teniendo lugar, no serían suficientes para arreglar esta crisis. Por ahora, a pesar de que el precio inicialmente pueda parecer menos rentable, la mejor opción para Europa es apostar por el GNL. Y habría que empezar a adquirir compromisos de suministro de gas a largo plazo con productores más fiables, como son Estados Unidos, Canadá o Australia, entre otros, con el fin de evitar riesgos geopolíticos.

La política europea seguida hasta este momento, consistente en priorizar el gas ruso por su cercanía y su precio, en teoría más bajo, ha acabado siendo un fracaso. Porque, actualmente, ni ese gas tiene el mismo precio de hace algún tiempo ni contamos con una seguridad de suministro.

Ojo a la inflación
La subida en los costes del gas, y por consiguiente de la luz, tendrá repercusión en multitud de aspectos de la vida cotidiana. Cualquier sector que necesite gran cantidad de energía procedente del gas o de la electricidad, para llevar a cabo sus procesos productivos, tendrá que afrontar unos costes de producción más altos que los habituales. Este hecho acarreará, en mayor o menor medida, un efecto dominó hacia otros sectores y hacia la población en general, que verá aumentados los precios de los productos de consumo.

Llevamos ya casi un año viviendo una situación de crisis energética producida en gran medida por Rusia. Y aunque no es la única causa, es uno de los principales motivos de la alta inflación de los precios durante este periodo.  Esa inflación puede suponer uno de los grandes problemas a los que se tendrían que enfrentar las democracias occidentales. Estos problemas vendrían derivados de la grave situación en la que se podrían ver envueltos los ciudadanos, si ven comprometida su prosperidad.

Menospreciar este asunto sería un tremendo error por parte de los gobiernos. Si se priva a la sociedad del poder adquisitivo, las consecuencias pueden ser realmente imprevisibles.

 

Antonio Picazo, CEO y cofundador de Gana Energía.

Antonio Picazo (en Twitter, @Antonio_Picazo) es CEO de Gana Energía (@gana_energia). Emprendedor en serie, ha constituido empresas relacionadas con la energía, la distribución de servicios de telecomunicaciones, el comercio electrónico y el marketing. En 2015 funda Gana Energía junto a Ricardo Margalejo.

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