La compañía presentó las cuentas anuales el 11 de octubre y justificó este hecho argumentando que no podía publicarlas debido a que estaba negociando que CatalunyaCaixa retirara la solicitud de concurso de la inmobiliaria –una negociación que finalizó con el pago de la deuda pendiente con la entidad, de 11,5 millones–.

La CNMV ha considerado «necesario llamar la atención» de los inversores sobre la información acerca de la situación de la inmobiliaria después de la retirada de la demanda de concurso, el informe de la auditoría, los riesgos a los que se enfrenta la compañía –alto nivel de endeudamiento, riesgo de liquidez, deterioro de activos, desequilibrio patrimonial y ausencia de un plan de viabilidad–, así como de la posibilidad de que se realicen nuevas ampliaciones de capital.