El Banco de Valencia admite que tendrá que recapitalizarse

07/11/2011

Salvador Arancibia. El Banco de Valencia, en el que BFA, la matriz de Bankia, controla un 27,5%, ha reconocido, después de que su cotización fuera suspendida temporalmente por la CNMV, que el Banco de España está terminando una inspección de la que podrían desprenderse nuevas necesidades de provisiones o de recapitalización.

A primeras horas de la mañana, la CNMV decidió suspender la cotización del Banco de Valencia ante la posibilidad de que hubiera algún hecho que afectara a la entidad y fuera necesario que lo conociera el mercado. Horas después, el Banco de Valencia comunicaba que el Banco de España está terminando una inspección de la que pueden derivarse nuevas provisiones para saneamientos o de recapitalización de la entidad que, hoy por hoy, no pueden cuantificarse.

En la notificación a la CNMV, el Banco de Valencia recuerda que el consejo de administración tiene autorización para ampliar en 60 millones de euros su capital y que de necesitarse una cantidad superior convocaría una junta general de accionistas para que se autorizara llevar a cabo una ampliación por un importe superior.

El Banco de Valencia ha estado ligado tradicionalmente a Bancaja, actualmente integrada en BFA que fue la suma de siete cajas de ahorros entre las que sobresalen Cajamadrid y la propia Bancaja. BFA es la matriz de Bankia, el banco al que se traspasaron los activos buenos de las siete cajas, y del que posee el 51% del capital. El resto se colocó en bolsa en el pasado mes de julio. En BFA, además de la participación en Bankia, están los ‘activos malos’ de las cajas integrantes y la participación en Iberdrola y Mapfre.

Hasta hace menos de dos semanas el presidente del Banco de Valencia era José Luis Olivas, vicepresidente de Bankia y responsable de las empresas participadas del grupo. Olivas dimitió aludiendo a que su pertenencia a Bankia le impedía formar parte de otra entidad considerada independiente y con la que, en principio, compite en la captación de clientes y mercados. No obstante, en el consejo del banco hay varias personas designadas por BFA para defender sus intereses en la entidad.

La participación del grupo financiero presidido por Rodrigo Rato en el Banco de Valencia es a través de la empresa Bancaja Inversiones SA, BISA, propietaria de un 39% de las acciones del banco.  En Bisa, BFA ostenta el 70% de la participación y el resto lo tiene la familia Guggenheim, el 22%, y Deutsche Bank, el 8%. Por eso se destaca que la participación real sería del 27,5%.

En medios de Bankia se señala que la participación en el Banco de Valencia debe considerarse financiera, es decir que podría procederse a su venta en cualquier momento en que se encontrara un comprador y si interesara el precio ofrecido, y que no es uno de los riesgos mayores que tiene la cuarta entidad financiera española, aunque no han cuantificado cuál es el nivel de ese riesgo ni en cuánto está valorada en su balance la participación en el banco. Otros riesgos de mayor cuantía son los que mantiene con algunas promotoras y constructores nacionales.

Si las necesidades adicionales de saneamientos que puede detectar la inspección del Banco de España fueran elevadas y ello exigiera llevar a cabo una ampliación de capital para cumplir las exigencias de tener al menos un 8% de recursos propios sobre los activos de riesgo de la entidad, lo más probable es que tuviera que convocar una junta para obtener la autorización de llevarla a efecto.

Y habría que ver quiénes de los accionistas, los institucionales y los minoritarios, estarían dispuestos a hacerlo. El hecho de que una parte importante del capital del banco pertenece a Bankia podría representar un cierto escudo en la medida en que ésta podría acudir no solo por la parte que le correspondería sino por una superior para garantizar la solvencia del Valencia. Pero Bankia no está precisamente muy sobrada de fortaleza financiera como para acudir en ayuda de terceros ya que tiene en su balance un volumen importante de problemas a solucionar.

Podría tratarse de una solución transitoria si, al tiempo, se buscara y encontrara un comprador por la totalidad de las acciones de forma que se traspasara la titularidad del Banco de Valencia a un tercero y Bankia quedara libre de compromisos.  Tal y como está el mercado una venta tendría que hacerse por debajo del valor en libros, lo que implicaría una minusvalías a los vendedores. En el pasado hubo entidades interesadas en la posible compra del Banco de Valencia pero en la actualidad esas ganas pueden haber disminuido en primer lugar porque no se conoce el estado real de la entidad, y sus gestores no niegan que sea mala teniendo en cuenta que reconocen que tendrán que hacer nuevos saneamientos; en segundo término porque en estos momentos hay varias entidades en venta, la CAM y UNNIM (el Banco de España ha encargado a Nomura que prepare el folleto de venta) sin olvidar que el FROB es propietario de la mayoría de las acciones de CatalunyaCaixa y de NovaGalicia Bank, además.

Por ello no sería descartable que, finalmente, si el Banco de Valencia necesitara nuevos recursos fuera finalmente el FROB quien tuviera que desembolsarlos y quien en definitiva se hiciera con el control de la entidad. Ello implicaría que BFA reconociera pérdida de relativo calibre por su participación en el banco.

El Banco de Valencia tiene unos activos de 24.000 millones de euros y 431 oficinas concentradas sobre todo en la Comunidad Valenciana. El volumen de créditos concedidos asciende a 18.300 millones de euros, de los que casi 3.200 son préstamos a inmobiliarias.

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