Los ministros de Asuntos Exteriores y de Defensa de la Unión Europea han aprobado una estrategia común para incrementar la capacidad militar y coordinar mejor los esfuerzos nacionales en defensa durante la próxima década. El primer objetivo es tener listo en 2025 unos 5.000 soldados con la capacidad de desplegarse rápidamente ante situaciones de crisis en 2025.
El acuerdo de los ministros deberá ser ratificado en la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno del jueves 24 de marzo.
El gran argumento es que los presupuestos de Defensa de los 27 juntos superan al de Rusia e igualan al de China.
Para preparar la creación de estas fuerzas de respuesta rápida, los países de la UE se han comprmetido para, antes de que termine 2022, acordar los escenarios operativos y planes de Defensa. Y empezar a hacer maniobras militares europeas en 2023.
La nueva Estrategia de Defensa de la UE responde, según Bruselas, a «un entorno más hostil y tendencias geopolíticas que exigen que el bloque asuma una mayor parte de la responsabilidad de su propia seguridad», como evidencia la invasión de Ucrania por Rusia.
La idea no es nueva. Ya se habló hace dos años de un Libro Blanco de la Defensa en la UE, pero la situación generada por Putin al invadir Ucrania y coloca los vientos deguerra a las puertas de Europa acelera esos planes, que siempre han contado con la resistencia de los Estados a ceder soberanía en cuestiones militares.
Para los ministros de Exteriores y de Defensa de la UE, la invasión de Ucrania evidencia la necesidad de mejorar la «movilidad militar de las fuerzas armadas dentro y fuera de la Unión».
La Estrategia Europea de Defensa se plantea como complementaria a la OTAN. La cooperación entre la UE y la Organización del Tratado de Atlántico Norte es «esencial para la seguridad euroatlántica, como ha demostrado la agresión militar rusa contra Ucrania».
Para reforzar la cooperación «estrecha y mutuamente beneficiosa», la UE propone incrementar las reuniones de alto nivel con la OTAN. «Se reforzarán los intercambios específicos a través de reuniones conjuntas periódicas del Comité Político y de Seguridad de la UE y el Consejo del Atlántico Norte», señalan los ministros de Defensa y de Exteriores de la Unión.
Al mismo tiempo, la UE se compromete a reforzar sus misiones militares y civiles en el exterior, dando mandatos «más flexibles», con la idea de promover la toma de decisiones más rápida y asegurar mejor la solidaridad financiera con esas operaciones.
La UE quiere que, antes delas vacaciones de verano de 2023, estén aprobados los planes para mejorar la eficacia de las operaciones en el exterior así como la capacidad de despliegue de las misiones. El objetivo es poder mandar a entornos de seguridad complejos a un equipo de hasta 200 expertos en un margen de 30 días.
Los Estados miembro de la Unión Europea han dado luz verde este lunes a la estrategia común de Defensa con la que el bloque ganará capacidad militar y coordinará mejor los esfuerzos nacionales en el campo de la Defensa, durante la próxima década.
El Alto Representante de la UE para Política Exterior y Seguridad, Josep Borrell, aplaude el acuerdo porque «no vivimos en el mundo que nos gustaría, sino en el que vivimos», con un vecindario «en llamas».
Borrele matiza que los 5.000 efectivos de despliegue rápido no son el germen de un Ejército europeo, y que cada Estado miembro mantendrá sus fuerzas armadas. Se trata de que los países europeos actúen de manera más coordinada en el campo de la defensa y sean «un mejor socio» dentro de la OTAN, y saquen el máximo partido posible a sus gastos en seguridad.
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