El Consejo Europeo inicia este jueves una reunión que está marcada por la invasión de Ucrania por Rusia y que ha agravado la crisis surgida por los elevados precios energéticos que ha afectado a Europa desde meses antes. La causa es doble: la utilización por parte del líder ruso, Vladimir Putin, de las materias primas del país como arma política y medidas como el boicot por parte de Alemania, muy a su pesar, del gasoducto Nord Stream 2, controlado por Gazprom.

En el escenario actual, en el que no se descarta la ampliación del conflicto bélico, se plantean dos objetivos en política energética, que están relacionados entre sí bien pueden ser difíciles de compatibilizar. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, acude a Bruselas, después de una gira por diversos países comunitarios, con el deseo de que el Consejo Europeo ponga en marcha medidas urgentes para bajar los precios de la electricidad.

En estos últimos días Sánchez ha intentado recabar apoyos, que ha logrado de países como Italia, Portugal, Grecia o Bélgica, para la propuesta estrella que ha defendido España desde hace meses: desacoplar el precio del gas del de la electricidad. La subida de la electricidad en los mercados mayoristas está afectando a casi toda Europa, pero no los todos los socios del club comunitario está a favor de ese proceso, entre ellos Alemania y los Países Bajos.

Con las dificultades que se prevén en este encuentro que acabará mañana viernes, España se plantea actuar aunque otros países no lo hagan, a través de vías como limitar  el precio de los ciclos combinados. No obstante, el Consejo Europeo, entidad en la que ha delegado las decisiones la Comisión Europea, analiza otras medidas con el mismo fin, desde fijar gravámenes a determinados beneficios de la eléctricas a conceder apoyos a los consumidores. También es posible determinadas operaciones en el mercado del gas.

Los dirigentes europeos tienen una prioridad: quieren cerrar planes para reducir, de forma gradual, la dependencia del gas y petróleo de Rusia, aunque Alemania ha advertido que no es posible si no se realiza con un gran tacto para no poner en riesgo la recuperación económica. Pero sí quieren avanzar en diversificar los suministros de gas y las compras conjuntas de este hidrocarburo. Unos días después de esta cumbre, el Gobierno debe definir su hoja de ruta en política energética para que sea aprobada por el Consejo de Ministros del 29 de este mes.

Mientras, ha transcendido que Unión Europea y EEE UU negocian un acuerdo marco para incrementar el suministro de gas de los Veintisiete a través de barcos que transportan gas natural licuado (GNL) durante los próximos años, lo que permitiría reducir la dependencia de Rusia con las importaciones desde el otro lado del Atlántico