Definitivamente, si es Grecia la que viene a salvar al mercado es para preocuparse, así que nos preocupamos porque eso es exactamente lo que ha ocurrido en la sesión de hoy en Wall Street. Iba todo cuesta abajo y sin frenos cuando el ministro de finanzas griego, Evangelos Venizelos, declaró que los 8.000 millones de euros del primer rescate europeo a Grecia que aún se adeudan van a ser pagados ya y que el segundo rescate se pondrá en marcha en cuanto el nuevo gobierno griego firme su adhesión al acuerdo del pasado 26 de octubre.

Afortunadamente, uno de los frentes abiertos en los mercados parece que se va despejando, aunque a costado sangre, sudor, lágrimas y últimamente alguna dimisión. El «farol» del referendum le ha costado el puesto a Papandreu, aunque mucho me temo que no tenía otra alternativa para forzar lo que en realidad es más necesario para el país, que es un gobierno de unidad nacional.

Veremos que ocurre finalmente, pero lo de Grecia ha posibilitado que el mercado se haya dado la vuelta en la tarde de hoy en Wall Street, lo que equivale a que los inversores lo empiezan a considerar como un asunto zanjado, peligroso, pero zanjado.

Italia es lo que realmente preocupa ahora y les confieso que es para preocupar. Afortunadamente, esta vez no parece que vaya a durar mucho la incertidumbre porque Berlusconi se enfrenta mañana, martes, a la votación del presupuesto. Si la gana puede tener fuelle para algún tiempo más, pero si la pierde, la dimisión que hoy mismo ha negado puede hacerse realidad de forma inminente.

Disfrutemos de que Grecia haya marcado la pauta y nos haya dejado de nuevo una vela rotundamente alcista, y van dos seguidas. Al cierre, el Dow Jones ganó un 0,71%, el S&P 500 un 0,63% y el Nasdaq Composite un 0,34%.