El IEB avisa del efecto ‘boomerang’ en la economía europea de las sanciones a Rusia

25/03/2022

diarioabierto.es. “Cuanto más se prolongue la guerra y cuanto más se prolonguen las subidas de los precios de la energía, mayor será la traslación al resto de productos en la economía, porque repercuten en los costes de todas las empresas”, avisan los expertos del Instituto de Estudios Bursátiles.

El IEB, escuela de negocios especializada en formación financiera, jurídica y empresarial, presenta el informe “Las Fuerzas del Poder en la Economía Mundial”, en el que seis expertos del Claustro analizan el escenario del conflicto entre Rusia y Ucrania y su impacto global, un mes después desde su inicio: José María Viñals, director del Máster en Relaciones Internacionales del IEB, y los profesores Paul Moran, Aurelio García del Barrio, Luis Fernando Utrera, Javier Santacruz y Rodrigo Villamizar.

José María Viñals, director del Máster en Relaciones Internacionales del IEB y socio de la firma global Squire Patton Boggs, explica que ”estamos viendo ya los efectos de las sanciones –solo un mes después de que estallara el conflicto armado- no solo en los datos e índices macroeconómicos de Rusia (depreciación sin precedentes del Rublo e inflación del casi 15%) sino también en el efecto “boomerang” que las sanciones están teniendo en nuestra propia economía en forma de subidas del precio de la energía, transporte y escasez de insumos en sectores clave en la agricultura e industria”.

Viñals considera que las consecuencias macroeconómicas a medio y largo plazo están todavía por determinar ya que quedan todavía muchas sanciones en el tintero, como son las relativas a la importación a la Unión de gas y petróleo de Rusia. No obstante, las previsiones en los mercados y las salas de los consejos de administración de empresas y bancos son conservadoras.

Paul Moran resalta que “los rusos y los chinos están bajo la ilusión de que Occidente está en declive». «Debido a esta crisis geopolítica, Occidente despertará y reducirá sus lazos económicos tanto con Rusia como con China. Resultará en una inflación más alta, fuertes aumentos en los costes de la energía y un debilitamiento de la economía global”, apunta.

En este entorno, probablemente tendremos un período prolongado de «estanflación» (bajo crecimiento económico y mayor inflación) a medida que nos ajustemos a las realidades geopolíticas y económicas de este siglo. “Es muy difícil predecir cómo terminará este conflicto, pero sólo los ilusos creen que terminará bien”, matiza Moran.

Para Javier Santacruz, el gas se ha convertido en el ‘nuevo petróleo’ en el siglo XXI, erigido como combustible fundamental de transición por parte de la UE en la nueva taxonomía de finanzas sostenibles, y “es la pieza con la que juega Rusia con sus enemigos geopolíticos». «Dejará de jugar en el momento en que se diversifique de forma rápida con otras fuentes, pero para ello es necesario tener un sistema de infraestructuras previo suficiente y correctamente interconectado”, argumenta.

Por su parte, Rodrigo Villamizar explica que la política energética ha cambiado de la noche a la mañana en Europa, pero no por causa de fuerzas globales como el cambio climático sino por la demencial arremetida invasora de la Rusia de Putin. Esto implica el mayor rediseño del mapa energético y geopolítico de Europa, Occidente y, posiblemente, del mundo entero desde la Segunda Guerra Mundial. Considera que “tanto los Gobiernos como los bancos centrales deben centrar su atención y análisis en los comportamientos de los líderes en cuestión (Putin y Biden, en el caso actual) con un ojo en la inflación y el otro en la seguridad energética”.

El exministro de Energías de Colombia se pregunta «si pueden los líderes Occidentales pedir a su población que se sacrifique por causa de los efectos de esta guerra». Y se responde: “Si los estadounidenses están preparados para soportar el dolor de pagar 5$ por galón de gasolina y los europeos están preparados para soportar la tortura de reducir electricidad y calefacción, entonces la posición de Occidente se torna muy poderosa. Pero en este juego, ¿cómo se sabrá quién gana y quien pierde?” Rusia y Ucrania son perdedores netos y solo con una resolución pronta de la guerra reducirán sus ingentes costes».

Aurelio García del Barrio destaca que “cuanto más se prolongue la guerra y cuanto más se prolonguen las subidas de los precios de la energía, mayor será la traslación al resto de productos en la economía, porque repercuten en los costes de todas las empresas”.

Luis Fernando Utrera, explica que “el impacto de la guerra y las sanciones a Rusia supondrá, desde abril, un recorte de unos 1,5 millones de barriles/día de petróleo y 1 millón de barriles/día en derivados del petróleo. Esto, junto con el déficit que ya había, implica que, en abril, globalmente, podemos vivir un desfase de unos 5 millones de barriles diarios. Las soluciones que intenta EEUU, aunque lógicas, es muy complicado que obtengan resultados a corto plazo e incluso a medio plazo”.

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