Está visto que el destino quiere que vaya desgranando “mandamientos” a medida que me van sucediendo cosas. Hoy tenía previsto hablar del segundo: la diversificación de las inversiones y me ha sucedido algo que viene al pelo para explicarlo.

He tenido que acercarme al banco (luego averiguarán ustedes solos de cuál se trata) para hacer un pago de la Universidad a mi hijo. Mientras esperaba mi turno ante la caja no he podido evitar escuchar la conversación que tenía lugar en la mesa que estaba junto a mí.

Una mujer de unos cuarenta años le decía al joven empleado de la sucursal: “Estos 15.000 euros no me rentan nada a plazo a fijo y he pensado invertirlos en acciones. Mi cuñado, que invierte, me ha dicho que compre varias acciones y las deje unos años, que así se gana dinero siempre, así que vengo a ver qué me recomendáis”.

Primer fallo. Jamás (otra vez en negrita para que se recuerde bien) se debe pedir consejo al banco sobre lo que hacer con tu dinero, porque harán lo que más les convenga a ellos en ese momento en lugar de pensar en lo que más conviene al cliente. El banco es un mal necesario y, desde luego, no es un aliado.

Como no podía ser de otra forma, el sagaz empleado ha captado de inmediato el mensaje y ha tirado por lo directo: “Eso está bien, pero para tan poco dinero no merece la pena comprar varias acciones porque las comisiones te van a comer las posibles ganancias. Merece más la pena comprar una acción y así es más barato en comisiones”. Y el remate. “Por ejemplo, ahora las acciones del Santander están muy baratas y seguro que van a subir”. Ahora ya saben ustedes en qué banco estaba.

Afortunadamente, la mujer ha tenido la suerte de que la sonara el teléfono porque el bancario de turno ya estaba sacando los papeles para realizar tan sutil compra. Algo le han dicho a la mujer y se ha disculpado con el joven empleado y se ha ido de la sucursal, asegurando que volvería la semana que viene. Con total seguridad, terminará siendo una feliz accionista del Santander y nunca sabrá si había otras alternativas más interesantes para ella. Para el empleado, desde luego, no había ninguna mejor y casi seguro que esa operación le va a reportar alguna ganancia en forma de bono anual u objetivos.

Pues bien, lo que le dijo el cuñado a esta mujer es una verdad como un templo en su primera parte. “Compra varias acciones”. ¿Iría esta mujer al casino y se jugaría los 15.000 euros a rojo o negro de una tacada? Entonces, ¿por qué está dispuesta a hacer una apuesta semejante en la Bolsa? Les juro que para mí es inentendible. Se tenga la cantidad que se tenga destinada a invertir en Bolsa, nunca hay que poner todos los huevos en la misma cesta. Con esos 15.000 euros se hace una bonita cesta de cinco títulos a 3.000 euros cada uno y se limita el riesgo.

¿Diversificar cómo y dónde? Ya les iré diciendo poco a poco cómo seleccionar valores, pero de momento quédense con una idea fundamental, tan de Perogrullo como la de no poner todos los huevos en la misma cesta: el mundo es muy ancho y muy redondo, hay miles de activos susceptibles de ser objetivos de nuestras inversiones y están todos al alcance de un click. Los adelantos de la informática y de internet han obrado el milagro de que desde su propia casa pueda comprar acciones en Singapur o en Hong Kong. Y no digamos ya en Estados Unidos o Alemania.

¿Por qué entonces limitarse al Ibex? Sencillamente, porque somos unos paletos. El Ibex es en realidad una pachanga de amiguetes en la que entre cinco valores nos hunden o nos llevan al cielo. Nuestro índice sirve para lo que sirve y hay que aprovecharlo cuando conviene, pero es absolutamente necesario abrir los ojos a la existencia de otros mercados muy atractivos, con miles de acciones que nos pueden interesar. De los 35 valores del Ibex nos puede interesar uno de vez en cuando, pero mirar sólo al mercado español es algo que ningún especulador, por muy español que sea, puede permitirse.

No invertir todo su dinero en un mismo valor y hacer una cesta variada de acciones de distintos sectores y países es fundamental para minimizar el riesgo de su cartera. Apréndalo de memoria y, desde ya, comience a mirar hacia otros países. Descubrirá por qué mientras al Ibex le están dando una auténtica paliza en los últimos días el Dax apenas ha recibido una bofetada.

Y como prometí que iba a hacer referencia a lo que hago, también viene al pelo lo que ocurrió ayer con una de mis acciones. Mientras la práctica totalidad del Ibex se despeñaba ayer, una acción alemana que tengo en cartera desde hace algo más de un mes subía un 4%. Su nombre es Infineon y está incluida en el índice Dax. No hay que ir muy lejos para encontrar buenas oportunidades, pero si es necesario ir a Singapur, iremos, no lo duden.

Por último, ayer no puse libro, así que como ya han pasado dos días desde el de Kostolany y es tan apasionante que ya lo habrán leído, vamos con otro de los que más me han impactado. Es de un autor español y traté de seguir su método de inversión (algún día lo haré, eso seguro) pero no me atreví. Se trata de Aitor Zárate, un trader que sería una leyenda si fuera americano y al que tengo la fortuna de contar entre mis amigos, y el libro en cuestión es “Cambio de vida”. Se lo he regalado a varios amigos y a todos les ha pasado lo mismo que a mí. Hay un antes y un después de haberlo leído. Aunque no vayas a hacer lo mismo que él, te abre los ojos para siempre.