Casi medio millón de parados mayores de 50 años acumulan cuatro años o más en el desempleo. Se trata del mascarón de proa de un buque llamado paro crónico, donde viajan 630.000 personas de todas las edades en España. La mayoría son mujeres. Y muchas de ellas se sitúan el frente de una cifra parecida de hogares —casi 600.000— donde no entra ningún ingreso a final de mes.
El paro crónico significa que esas 630.000 personas sin trabajo desde hace más de cuatro años se encuentran “prácticamente excluidos del mercado de trabajo”, denuncia Comisiones Obreras (CCOO), el sindicato que hoy publicó un informe sobre el estado de la protección por desempleo en España.
Un informe que destaca la franca mejoría del mercado de trabajo. Y el descenso del paro en el último año, merced a la recuperación de la actividad tras la emergencia sanitaria, que solo deja de lado al colectivo de parados de larga duración; el único que no baja a pesar de la paulatina mejora.
Casi la mitad de los 3,1 millones de parados registrados lleva más de un año en esa situación, según datos de diciembre. Son casi un 10% más que un año atrás. El 20% de todos ellos, los citados 625.000, llevan así más cuatro años o más. Y, de ellos, la desconexión laboral afecta nada menos que a 465.000 mayores de 50 años.
CCOO denuncia la ineficacia de programas de reinserción laboral como el Reincorpora-T, un plan diseñado para reducir el estigma del desempleo crónico, cuya vigencia ha finalizado sin que por el momento se prevea su continuidad.
Buena parte de estos 600.000 parados crónicos son integrantes del millón largo de hogares con todos sus miembros en paro; más de la mitad de ellos (casi 600.000) sin ningún ingreso alternativo.
El sindicato reclama una reforma profunda del sistema de prestaciones y subsidios por desempleo, de tal forma que un millón de personas adicionales se beneficien de la ayudas.
Una reforma que incluya a las personas que trabajan a tiempo parcial en lo relativo a los subsidios. De tal forma que se revierta la reforma laboral de 2012, que estableció la parcialidad de los subsidios, y que solo el año pasado afectó a 1,1 millones de personas, reduciendo la ayuda.
“De momento, se ha conseguido que las personas perceptoras del subsidio para mayores de 52 años, en el que son mayoritarios los hombres, no vean reducida su prestación en ningún caso, lo que debe de extenderse al resto de subsidios”, explican.
Por último, el sindicato subraya la fuerte caída en el número de personas que capitaliza la prestación por desempleo para establecerse como autónomos, desde los 155.000 en 2009, hasta los escasos 50.000 en 2021.
Una caída —a pesar de un repunte el año pasado, coincidiendo con la crisis Covid— que muestra el “efecto huida” que la Gran Recesión levantó hacia el trabajo autónomo, así como el “escaso éxito de muchas de las iniciativas de empleo autónomo y de tarifas planas destinadas a impulsar estos empleos para reducir las cifras de paro”, sentencian.
Cambios en la protección de fijos discontinuos
Por último, el informe recuerda los últimos cambios en las normas que regulan la protección por desempleo de los trabajadores con contratos fijos discontinuos. Antes de la reforma laboral, los fijos discontinuos estaban expresamente excluidos del subsidio para mayores de 52 años; además, su acceso al subsidio acortaba su duración, respecto a la del resto de trabajadores, y ligándola a los tiempos previos de cotización.
La reforma laboral de 2022 ha equiparado las prestaciones asistenciales de los fijos discontinuos, aumentado su duración y permitiendo su acceso al subsidio para mayores de 52 años, recuerdan.
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