Encantos del Duero en España y Portugal

11/04/2022

Carmela Díaz.

 

Desde el Pico de Urbión a las orillas de Oporto, el río Duero, que al cruzar la frontera portuguesa pasa a llamarse Douro, atraviesa casi 900 kilómetros de algunas de las tierras más bellas de los dos países. En el lado español, su curso ofrece patrimonio excepcional, con castillos, iglesias, monasterios y casas solariegas asomándose a sus orillas. También rincones únicos con naturaleza, valles, acantilados, praderas, campos de cereal y frondosos bosques. Sus aguas, regando millones de vides, producen algunos de los mejores vinos del mundo: en las seis provincias de Castilla y León que el Duero atraviesa, se concentran una decena de Denominaciones de Origen.

Recorrer el camino del Duero y sus tierras próximas es un viaje apasionante. De ahí nación la iniciativa Duero/Douro Patrimonio para el Desarrollo que promueve AEICE y que ha recibido el Premio Mejor Iniciativa de desarrollo local de Castilla y León. Busca la colaboración entre los agentes públicos y privados y la sociedad con el objetivo de conseguir un desarrollo socioeconómico para el territorio, basado en potenciar su patrimonio cultural, natural, enogastronómico y social. Es una iniciativa privada en la que colaboran empresas e instituciones comprometidas con las personas y la riqueza de la tierra.

El programa Discover Duero/Douro. Propone diversas rutas turísticas, la mayoría de seis o siete días, en tierras de España y Portugal. Un buen punto de partida es Peñafiel, con su asombroso castillo, el Museo del Vino, la plaza del Coso, símbolo de la mejor arquitectura popular y, por supuesto, una deliciosa gastronomía… En el camino, algunas de las grandes bodegas de la zona. Como Tr3smano, que busca la integración del edificio en el paisaje minimizando el impacto visual y respetando el medio ambiente. Además, ha conseguido que uno de sus vinos haya recibido la máxima distinción en el prestigioso Concurso Internacional de Vinos Bacchus, reconociéndolo en 2021 como uno de los 32 mejores del mundo. Otra parada muy recomendable es el monasterio cisterciense del siglo XII Santa María de Valbuena, el mejor conservado de Europa. Gestionado por Castilla Termal se ha transformado en un complejo turístico con habitaciones de lujo y un completo balneario spa con aguas mineromedicinales. El complejo es, además, sede permanente de la Fundación Las Edades del Hombre. También aquí está un taller de restauración que cuida del perfecto estado de estas obras de arte. También hay que probar su restaurante Converso con una cocina basada en platos tradicionales, elaborados con productos de calidad.

 

Tierras de buen comer… y beber. En este recorrido no puede faltar la visita a Aranda de Duero para disfrutar de su pasión por el lechazo y el cordero asado. También imprescindible la visita a la Iglesia de Santa María la Real, de bella factura gótica isabelina del siglo XV y admirar sobre todo su portada, concebida a modo de retablo, donde se incluyen escenas en relieve de la Adoración de los Magos. También es interesante conocer sus bodegas subterráneas que cubren más de siete kilómetros y un buen lugar para iniciar la Ruta del Vino de Ribera del Duero que lleva a más de 90 pueblos interesantes y 65 bodegas, todas con grandes vinos. Una de las sorpresas que aparecen en el camino hacia Tordesillas es Haza, con su impresionante torreón, sus panorámicas y el único bar restaurante del lugar donde hay que probar su excelente morcilla, chorizo, ensalada y el cordero.  Al llegar a Tordesillas hay que visitar Las Casas del Tratado que recogen documentos de la época, maquetas de las tres naves que llevaron a Colón a América y también de los principales monumentos de la región. Un paseo por la ciudad lleva hasta el Real Monasterio de Santa Clara, la plaza Mayor y el puente medieval de diez ojos. Para dormir -antes de enfilar la Ruta del Vino de Toro- muy recomendable el castillo de Monte la Reina, un palacio neogótico del siglo XIX con solo ocho habitaciones.

Entre Toro y Rueda. Ya en tierras de Toro hay que descubrir una comarca a través del vino, la gastronomía, el patrimonio artístico-cultural y la naturaleza. De obligada visita la Colegiata de Santa María la Mayor, un templo comenzó a construirse en el siglo XII inspirado en la Catedral de Zamora. Desde allí, hay que acercarse al paseo del Espolón, desde donde se tiene una de las mejores vistas del Duero. También en el centro de Toro se encuentra La Morada del Vino, un espacio gastronómico que además de los vinos de la tierra, ofrecen también quesos de oveja D.O., embutidos, dulces y licores. Imprescindibles los platos típicos zamoranos y las patatas a la importancia de Bodegas Divina Providencia. Cerca, uno de los paisajes más bellos del curso de este río: el meandro de Castronuño.

Cerca de la frontera.  La última etapa de este viaje nos lleva a la Raya, entre España y Portugal. Ahí se concentran algunos de los mejores paisajes del recorrido, con los célebres Arribes del Duero y el Parque Natural do Douro Internacional, ambos declarados por la Unesco Reserva de la biosfera transfronteriza. Acantilados, cascadas, aguas tranquilas o revueltas, así como una fauna y especies vegetales autóctonas. Resulta recomendable navegar por sus aguas y subir al mirador de Sáo Joáo das Arribas. En el lado portugués destaca Miranda do Douro con sus encantadoras casas rurales. Hay que comer en el Parador Santa Catarina para probar el famoso bacalao a bras y una especialidad de la zona, el posta de carne Mirandesa certificada, acompañados por el popular vinho verde.

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