Centenario de Pescaderías Coruñesas: una noche para recordar

09/11/2011

Carmela Díaz.

Hay lugares significativos en la vida de cada uno porque nos han regalado momentos inolvidables. O´Pazo en mi memoria permanece como enclave de una ilusionante primera cita  y como entorno recurrente de sobremesas interminables repletas de confidencias en agradable compañía. Las compras en Pescaderías Coruñesas también, porque siempre anteceden acontecimientos entrañables: reuniones familiares, celebraciones especiales, reencuentros con amistades eternas, navidades cálidas…

2011 es un año histórico para la marca porque celebra su centenario. Evaristo García, alma de la casa, lleva trabajando en el negocio ¡desde los nueve años! En aquel entonces, las cestas de pescado eran de madera y se cargaban al hombro como él mismo recuerda: “Si nos dejaban, podías subir al tranvía, pero en muchos casos, el transporte se hacía a pie. Esta cesta podía pesar hasta 70 kilos, ¡más que mi propio peso!”. Hoy en día, la empresa familiar regentada por sus cuatro hijos, da trabajo a más de 200 empleados en todo el grupo, factura más de 30 millones de euros, comercializa tres millones de kilos de pescado al año y mantiene imperturbable la filosofía que les vio nacer: “Tan imprescindible es para nosotros el cliente que viene a comprar  angulas y langostas como el que viene a por sardinas o chirlas. Todos deben salir satisfechos. No existe el “no” en el vocabulario de la empresa”, asumiendo así la obligación de tener toda clase de género y contentar a cualquier tipo de clientela. El Pescador– inaugurado en 1975-  constituyó una auténtica revolución en la capital. Conscientes de ofrecer la más alta calidad en la materia prima, fue el primer restaurante en servir el pescado sin añadir salsa ni limón. El mejor salmón ahumado de Europa -así reconocido y premiado- no es noruego sino español: elaborado por Pescaderías Coruñesas de forma artesanal en serrín de madera de haya, sin aditivos, ni conservantes (sólo con azúcar y sal). Extraordinario, el mejor que hayan probado jamás.

En la celebración del centenario ha predominado la emotividad. Rodeados de empleados  ataviados con los tradicionales mandiles del oficio de pescadero -a rayas horizontales verdes y negras-, el alcalde Gallardón entregaba a Evaristo la placa acreditativa como comercio centenario madrileño  -sólo hay 129 establecimientos merecedores de tal distinción- a la vez que recalcaba durante su cariñosa intervención que “los triunfadores son optimistas y el optimista ve siempre oportunidad aún en los peores momentos”. Su hija menor citaba orgullosa la seña de identidad del negocio “estamos aquí para servir”, precediendo al sacerdote que bendijo el nuevo proyecto familiar, el restaurante Filandón, bautizado así en honor a las raíces leonesas del patriarca. Los filandones son una tradición nocturna alrededor del fuego del hogar, una vez finalizada la cena, en la que se comparten en voz alta historias y cuentos.

Podría detallar que acompañando a la familia García en tan significativa fecha se encontraba la élite empresarial española, podría describir la inmensa generosidad de los anfitriones agasajando a sus invitados con el mejor festín de marisco -acompañado de un interminable catering gourmet regado por excelentes caldos- que se recuerda, podría contar la amabilidad de Evaristo o su primogénito Norberto paseando entre las mesas para agradecer personalmente la compañía, e incluso podría explayarme en los detalles del sorprendente Filandón. Situado en la carretera de Fuencarral-El Pardo se trata de un proyecto valiente con una cuidada puesta en escena. Pero no haré nada de eso. Como se trata de una iniciativa única -no existe nada parecido en Madrid- les invito a que conozcan este impresionante recinto gastronómico.

Hacia Pescaderías Coruñesas sólo nos queda mostrar gratitud por convertir la capital en el mejor puerto de España y por deleitarnos con una velada inolvidable: la celebración del centenario será una noche para recordar. Si su buen hacer se transmite de generación en generación, nuestros nietos disfrutarán dentro de un siglo de otra formidable celebración. Y lo más importante: seguirán degustando los más exquisitos frutos del mar.

Twitter: @CarmelaDf

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