En una intervención medida, y sabiendo que es más fácil hablar para quienes aún no han llegado al poder que para quienes lo ejercen, Miguel Martín ha querido lanzar algunos mensajes para la nueva administración que surja del 20N y para ello no ha dudado en afirmar estar convencido de que quien sea que esté en La Moncloa hará los deberes rápidamente “porque no va a tener 100 días de cortesía” y porque en cualquier caso se van a poner en marcha.

Martín pidió consenso político y social para llevar a cabo los ajustes necesarios, que no concretó, y las paralelas reformas estructurales “que deben permitir que la economía española vuelva a crecer”.

El presidente de la patronal puso el énfasis en señalar que los bancos españoles sufren un nivel de desconfianza “desorbitado” por parte de los mercados financieros y que ello se debe a que consideran que la reforma del sistema financiero español no está acabada y es insuficiente. Además, añadió, se mantiene la desconfianza sobre el valor real de los activos que hay en los balances de los bancos y sobre la economía española en general, lo que dificulta la recuperación del ritmo de crecimiento económico.

Aunque señaló que no conocía bien los programas electorales de los dos grandes partidos políticos, “porque no me los he leído”, dijo estar convencido de que en ellos se debe explicar qué es lo que se va a hacer una vez se constituya el nuevo Gobierno.

Cuando fue preguntado por el volumen de problemas a los que se enfrenta el sistema financiero español señaló que lo importante no es tanto la cifra de provisiones que tenga que hacerse como si las entidades españolas son capaces o no de generar los recursos necesarios para ir haciéndolas frente. “Hay que tener entidades financieras rentables, capaces de generar ‘cash flow’ suficiente. Hay que sanear todo, da lo mismo la cifra. Lo importante es el procedimiento”, afirmó, recalcando que si para ello se necesitan fondos públicos bienvenidos sean siempre y cuando “las ayudas no sean para las entidades en concreto sino para el sector en su conjunto” de forma que permitan el surgimiento de entidades más fuertes y solventes.

Durante su intervención, Miguel Martín recalcó que la pertenencia al euro había sido una pieza muy importante para la sociedad española “porque nos ha permitido la convergencia real con los países de la Unión Europea” pero que en el momento actual la zona euro se ha convertido en un área de inestabilidad porque la propia configuración de la moneda europea hace que exacerbe los riesgos en todo tiempo.

En este sentido señaló que el hecho de que España estuviera en el euro es la causa básica del enorme trasvase, en los años buenos, del “ahorro alemán a la inversión en vivienda española” y que cuando estalla la crisis los sistemas financieros nacionales vuelven a mirar hacia dentro y cierran las puertas a todo intercambio con los de otros países”. El problema, apuntó es que los países del euro no tienen los mecanismos necesarios para salir de la crisis porque “el euro en estas circunstancias no se comporta como una divisa propia” porque la Unión Europea no se ha dotado de los mecanismos precisos para ello al establecer que el BCE “no es un prestamista de última instancia”.

Martín se mostró contrario a la construcción de una Europa a dos velocidades señalando que no es compatible con las reglas actuales y diciendo que modificar los tratados de la UE para crear una nueva realidad económica “no es nada fácil” y “no se cambia de la noche a la mañana”.

En este sentido, Martín incidió en que en este momento “no se puede pensar en el euro a dos velocidades, porque “si se rompe el euro puede pasar cualquier cosa” y esa ruptura “puede ser caótica”.