
La Moncloa
El Gobierno español ha reaccionado ante el aviso de Argelia de romper los acuerdos de suministro de gas si parte del hidrocarburo que va a traspasar a Marruecos sea de origen argelino. Ha sido la respuesta ante esta nueva alerta en las deterioradas relaciones entre Argel y Madrid, que se ha producido el mismo día que Rusia cortase el grifo de gas a Polonia y Bulgaria y, asimismo, lanzase un nuevo reto a otras naciones comunitarias como Alemania, Austria e Italia.
Este eventual conflicto con Argelia tiene origen en el compromiso de España de ayudar a Marruecos a lograr gas que no llega a su territorio después de que el Gobierno argelino optase por cerrar el gasoducto del Magreb. Las relaciones entre los dos países magrebíes atraviesan una etapa no solo de ruptura diplomática, las tensiones se trasladan a todos los ámbitos. Y la decisión del Ejecutivo español de aceptar las tesis de Rabat respecto al futuro del Sáhara ha provocado que ahora mire con lupa cualquier medida que afecte al gas que exporta.
Argel rompió relaciones diplomáticas con Rabat el pasado agosto y en noviembre procedió al cierre del gasoducto. A partir de ahí, Marruecos se enfrentó al riesgo del desabastecimiento energético, ya que el gas que recibía tenía como destino los dos ciclos combinados de Tahaddart y de Ain Beni Mathar, que cubren el 10% de la producción de electricidad del país.
España ha aceptado que Marruecos regasifique en una planta española gas que llega a través de barcos para que luego pueda ser transportado a ese país a través del gasoducto que ahora está cerrado. Pero subraya que llega desde otros países productores.
En este panorama, el ministro de Energía argelino, Mohamed Arkab, recibió recientemente información de la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, en la que se indicaba que España iba a autorizar el uso del gasoducto cerrado para ese objetivo. Ante esta comunicación formal, Arkab ha subrayado que si parte del gas que España recibe de Argelia acaba en otro destino se considerará como “un incumplimiento de los compromisos contractuales».
La consecuencia podría ser la ruptura del contrato suscrito con la empresa argelina Sonatrach, añade el ministro Arkab. Si bien el cierre del gasoducto del Magreb y la actual crisis global de los mercados del gas en el mundo ha elevado el peso del gas que llega a España en barco desde Estados Unidos, Argelia suministra el 40% del gas natural que consume España.
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