
La Comisión Europea recomienda a los países comunitarios que acumulen gas en sus almacenamientos subterráneos y otras infraestructuras ya no solo de cara al próximo invierno, como se había recomendado al inicio de la invasión de Ucrania, ahora el temor se centra en una posible ruptura del suministro desde Rusia. El tema ha sido una de las cuestiones centrales de la reunión extraordinaria de los ministros de Energía comunitarios de este lunes, que se prolonga a otros niveles en los próximos días con el objetivo de cerrar acuerdos que se enfrenta a obstáculos, en primer lugar, la posición de Hungría.
El precedente del corte del transporte del hidrocarburo a Polonia y Bulgaria. que han sido las primeras naciones afectadas por la negativa a pagar en rublos, como exige el Kremlin, se va a extender. Son varios los compradores que se unirían a esa posición que es la que se defiende desde Bruselas, aunque no se prevén sanciones a países que son conscientes de que no pueden arriesgarse a quedarse sin el gas ruso en cuestión de semanas, como es el caso de Alemania. Si bien en esta última cumbre se ha reiterado que las empresas energéticas europeas deben pagar las facturas a Gazprom en la moneda que figura en los contratos y no aceptar la apertura de cuentas en la divisa rusa.
Mientras, empresas y países se adaptan casi sobre la marcha al panorama creado en el mercado gasista europeo, que se enfrenta a obstáculos añadidos. Los países bálticos ayudan a Polonia, pese a que estas pequeñas naciones también dependen del suministro que el Ejecutivo que preside Vladimir Putin gestiona como un arma política y bélica. También se programa la construcción de nuevos gasoductos y otras infraestructuras.
Italia, que recibe casi el 60% del gas que consume desde ese origen, se ha movido con celeridad para no tener que enfrentarse en las mismas circunstancias que las actuales a posibles represalias. El presidente italiano, Mario Draghi, ha negociado con Argelia y Nigeria aumentan el flujo que llega a su país, a través de las infraestructuras que posee el país transalpino que permiten que aumente el gas que fluye desde el sur.
La cumbre, aunque no ha supuesto de momento que los países comunitarios alcancen pactos concretos, sí ha mostrado la decisión de Bruselas de ir hacía adelante en temas como la compras conjuntas y de impedir las importaciones de petróleo ruso como ya se acordó con el carbón. Alemania está a favor, puesto que, aunque forma parte de sus suministradores clave, quiere sustituirlo en parte a través del transporte en barcos que llegarían a refinerías del Báltico a loa largo de este año.
Pese a la oposición del Gobierno de Budapest, la UE quiere avanzar hacía un nuevo paquete de medidas de embargo de productos rusos, sería el sexto, e intenta que el petróleo sea el primero, aunque pueda conllevar respuestas de Moscú que afectaría al gas. Bruselas impulsa en este convulso escenario que Europa avance en la diversificación de suministros.
Aviso Legal
Esta es la opinión de los internautas, no de diarioabierto.es
No está permitido verter comentarios contrarios a la ley o injuriantes.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios que consideremos fuera de tema.
Su direcciónn de e-mail no será publicada ni usada con fines publicitarios.