El Eurogrupo lanza un plan para acelerar la Unión Bancaria

04/05/2022

Miguel Ángel Valero. Su presidente, Paschal Donohoe, plantea líneas de liquidez para los fondos de garantía de depósitos nacionales, y, en una segunda fase, un reaseguro.

La reunión por videoconferencia del Eurogrupo del 3 de mayo se centró exclusivamente en cómo se puede avanzar en la Unión Bancaria. Su presidente, Paschal Donohoe, presentó al resto de ministros de Economía y de Finanzas de la Unión Europea «una propuesta detallada de un plan de trabajo gradual y con plazos definidos sobre todos los elementos pendientes para completar la Unión Bancaria». 

El también ministro de Finanzas de Irlanda recuerda que este plan «fue solicitado por nuestros líderes», y subraya que en la reunión del Eurogrupo hubo «un amplio acuerdo sobre la necesidad de avanzar en la Unión Bancaria.

«Obviamente y ciertamente no digo que nuestras diferencias hayan sido resueltas. La Unión Bancaria sigue siendo un proyecto muy complejo, tanto técnica como políticamente, un proyecto en el que seguimos intentando avanzar en tiempos muy difíciles», subraya el presidente del Eurogrupo, que agradece especialmente la coordinación con el vicepresidente ejecutivo de la Comisión Europea, Dombrovskis, los comisarios Gentiloni y McGuinness, Klaus Regling, director gerente del European Stability Mechanism, y con la presidenta del BCE, Christine Lagarde, para preparar el borrador del plan de trabajo.

El plan de Donohoe tiene como objetivo lograr el equilibrio en cuatro líneas de trabajo diferentes:

  • un marco más sólido para la gestión de los bancos en quiebra dentro de la Unión Europea,
  • protección más robusta para los depositantes,
  • un mercado más integrado para los servicios bancarios,
  • y mayor diversificación de las tenencias de bonos soberanos de los bancos en la Unión Europea.

Hay dos fases para cada línea de trabajo. En la primera, el presidente del Eurogrupo propone medidas de implementación inmediata. En la segunda fase, medidas adicionales a más largo plazo para completar la Unión Bancaria.

«La dirección y las características clave de la segunda fase ya estarían establecidas ahora. No tendríamos un horizonte abierto. También hay innovación en el proceso que planteo. Habría un punto de control político entre las dos fases, y ese punto de control es un momento importante. En primer lugar, proporcionaría una garantía. Los Estados miembros podrían evaluar si existen las condiciones más amplias para pasar a la segunda fase de las reformas y establecer la forma en que se implementarían medidas adicionales basadas en los principios que ya están incluidos en el plan de trabajo ahora», explica Donohoe.

«Pero el punto de control también es un incentivo para el progreso en todas las líneas de trabajo. Cuando se implemente la fase dos, propuse una cláusula de revisión para reevaluar si todas las piezas funcionan juntas o si será necesario hacer más en la Unión Bancaria en general», subraya el presidente del Eurogrupo.

Diez años de Unión Bancaria

La Unión Bancaria arrancó en 2012. En esos diez años, se ha conseguido el Mecanismo Único de Supervisión, y también el de Resolución. Pero prácticamente no se ha avanzado nada en el fondo de garantía de depósitos.

Esto significa que hay Unión para la supervisión de los bancos y para qué hacer en caso de situación crítica de uno de ellos, pero no se comparten los riesgos en este escenario.

Alemania es el país que más se opone a la mutualización de riesgos que supone un fondo europeo de garantía de depósitos, y condiciona su ‘nihil obstat’ a que se limite el volumen de bonos soberanos de su país que cada banco pueda comprar, a que éste cuente menos para el cálculo del capital, y a que las aportaciones de las entidades a ese instrumento sea mayor si la calidad del título de deuda pública es más baja. España y, especialmente, Italia se oponen frontalmente a esta última exigencia germana.

Para tratar de acercar las posturas de unos y otros, el presidente del Eurogrupo propone habilitar líneas de liquidez para los fondos de garantía de depósitos nacionales por si, llegado el caso de que tengan que salir al rescate de los depositantes (que en la Eurozona tienen garantizados 100.000€ por entidad), se quedan sin recursos. En una segunda fase se pondría en marcha un reaseguro que permitiría mutualizar parte, no la totalidad, de ese riesgo.

La homogeneización de los criterios de resolución o liquidación de entidades es otra de las asignaturas pendientes para la Unión Bancaria, como lo demostró el diferente rasero aplicado para el Banco Popular en España y para la banca mediana italiana.

También se necesitan normas más claras para garantizar que los bancos filiales son tratados de la misma forma que la matriz cuando ambas entidades están en la Eurozona.

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