El paro bajó en abril en más de 85.000 personas. Se trata de una cifra similar a la de los años anteriores a la pandemia. Del mismo modo, la afiliación a la Seguridad Social creció en más de 185.000 personas; un volumen también parecido al de otros años positivos para el empleo. La guerra en Ucrania y la incertidumbre económica no parecen hacer mella en el mercado de trabajo, que sí nota en cambio los efectos de la reforma laboral, en forma de un aluvión de contratos indefinidos, especialmente en las modalidad de tiempo parcial y fijo discontinuo.

Abril sumó la tercera muesca consecutiva en la ristra de meses en los que desciende el paro. De hecho de los últimos catorce meses, el desempleo ha subido únicamente en uno, el pasado mes de enero.

El descenso en abril del paro, similar a los de 2018 y 2019 en igual mes, deja la cifra total ligeramente por encima de la cota de los 3,02 millones de parados, cuyo nombre se registra en las listas del Servicio Público de Empleo.

Con el descenso de abril son ya casi 890.000 personas las que han salido del desempleo en el último año, un 22,7%. Un buen mordisco que acelera incluso un punto y medio el ritmo de retirada de la marea del desempleo con respecto a la que se registraba hace un mes.

En términos anuales, destacan los descensos del paro en la agricultura y los servicios, y sobre todo en el colectivo sin un empleo anterior.

Pero el diamante de la estadística se esconde en otro lugar, la contratación. La cifra de contratos indefinidos vuelve a dispararse, por cuarto mes consecutivo. Y toma de nuevo impulso con respecto al mes anterior, en el primer mes, abril, en que cobraba vigor la totalidad de la reforma laboral en lo referente a contratación.

La temporalidad vira hacia el tiempo parcial y el fijo discontinuo

Los aumentos de contratos indefinidos son muy destacados, incluso en la más preciada de sus piezas, el contrato indefinido a tiempo completo, que crece un 9% respecto a marzo, un mes ya excepcional en este sentido.

Pero la revolución se aloja sobre todo en otros dos apartados, los referidos al contrato a tiempo parcial y al fijo discontinuo, que están viviendo una auténtica explosión.

Los números explican estas palabras. En abril se firmaron 700.000 contratos indefinidos; nada menos que la mitad del total de contratos firmados, cuando hace poco estos contratos ‘fijos’ apenas suponían entre el 10 y el 14% del volumen total de contratos firmados, dominado por los temporales.

Sin embargo, de esos 700.000 nuevos indefinidos, apenas 285.000 son a tiempo completo. Se trata de un aumento realmente notable, pues triplica casi los que se firmaron en abril del año pasado. Pero palidece ante el boom que se vive en otras dos modalidades, como decíamos.

Así, el indefinido a tiempo parcial se cuadruplica, hasta los 175.000 contratos. Y el fijo discontinuo se dispara un 1.300%, hasta rozar los 240.000 contratos en un solo mes.

Los ritmos de crecimiento mensual de cada uno de estos formularios ayudan a entender el fenómeno. Mientras los indefinidos a tiempo completo crecen el citado 9% mensual, los indefinidos a tiempo parcial multiplican ese crecimiento por dos, hasta el 19%, en tanto que los fijos discontinuos se duplican de largo en un solo mes, con 132.000 nuevos contratos, un 125% más.

Las cifras del período acumulado del año —de enero a abril— no hacen más que confirmar esta tendencia. Y destacan al contrato indefinido a teimpo parcial como uno de los grandes recolectores de los antiguos contratos temporales, con un crecimiento cercano al 300% en ese período respecto a igual período del año anterior.

Así, pues, los 700.000 nuevos indefinidos se dividen en 285.000 indefinidos a tiempo completo; 175.000 a tiempo parcial; y unos 240.000 fijos discontinuos.

La Semana Santa tira del empleo

El descenso del paro en abril se debe en gran parte al comienzo de la temporada turística, ligada a las vacaciones de Semana Santa, como veremos a continuación en las cifras de afiliación, también conocidas hoy.

De hecho, en términos desestacionalizados, el descenso del paro apenas alcanza los 4.600 parados menos — frente a los 86.000 parados menos de la estadística general –.

Por su parte, en marzo, casi un 60% de los parados gozaron de ayudas económicas, con un gasto lindando los 1.850 millones de euros.

Las cifras de afiliación explican la bonanza primaveral del empleo en España. Con 185.000 nuevos afiliados medios, la mayor parte situados en la hostelería, la Seguridad Social supera la media de los 20 millones de afiliados medios en abril. Una cota nunca alcanzada en su historia, que ya anticiparon las previsiones lanzadas por este organismo a mediados de mes.

Los 185.000 nuevos afiliados se reparten entre el régimen general —175.000 — y los autónomos — unos 9.000 más —.

La Seguridad Social lleva recuperando afiliados sin pausa desde febrero de 2021 en su régimen general, con la única excepción de los pasados enero y agosto. En el último año la recuperación en este régimen ronda los 925.000 empleos; es decir, un 5,9% más.

En abril los mayores crecimientos del empleo se localizan en hostelería, que aporta 110.000 ocupados de los 175.000 nuevos del régimen general, muy por delante de otras actividades, como transporte y comercio que suman entre ambos otros 20.000.

Sanidad y servicios sociales, en cambio, pierde empleo en este régimen general.

Entre los autónomos, por su parte, la afiliación no recoge apenas alteraciones, y el empleo sigue subiendo, lento pero constante, tras el bache de enero. Abril suma 9.000 nuevos autónomos, ubicados fundamentalmente en la hostelería, que aporta 3.500 de ellos, y en menor medida en actividades artísticas, recreativas y de entretenimiento, actividades profesionales, científicas y técnicas.

El empuje de la Semana Santa se estima también al comprobar el empleo en términos desestacionalizados. Aunque crece en 33.000 afiliados, este crecimiento se sitúa lejos de los casi 185.000 en términos brutos.

En cuanto el empleo público, este crece a un ritmo del 2,5%, esta vez en marzo; con la Administración Estatal como locomotora en términos relativos — un 4,7% — ya que de los casi 70.000 nuevos empleados públicos, la mitad se concentran en los entes autonómicos.