Industria y construcción soportan las mayores alzas de salarios hasta marzo

06/05/2022

Luis Martínez del Amo. La ruptura de la negociación entre patronos y sindicatos impactará en forma de “huelgas” y “tensión” sobre miles de mesas de convenios colectivos.

Gráfico: diarioabierto.es

 

La decisión de empresarios y sindicatos de partir peras, y evitar fijar una guía que oriente el alza salarial hasta 2024, deja a empresas y sectores a los pies de los caballos. En 2022, el alza salarial en la industria duplicó de largo la cifra registrada apenas tres meses atrás. Con más de 1,6 millones de trabajadores afectados, y una fuerte presencia sindical, la industria, donde los salarios crecen ya por encima del 3% emerge como uno de los probables focos de tensión durante los próximos meses o años.

No habrá una guía salarial estatal para los próximos años. Ayer los sindicatos y los empresarios dejaron clara su incapacidad para embridar los salarios en un contexto de alta inflación. La negativa empresarial a atarse a unas cláusulas de revisión salarial, que eviten pérdidas de poder adquisitivo a sus plantillas, precipitó la ruptura, tras meses de negociación.

La decisión tendrá consecuencias en forma de “huelgas” y otros conflictos, sobre todo durante la segunda mitad del año, advirtieron los sindicatos, y en particular el líder de Comisiones Obreras (CCOO), Unai Sordo, quien, al igual que su colega de UGT, Pepe Álvarez, elaborará una guía a fin de que los negociadores de convenios colectivos exijan no perder poder adquisitivo en las empresas y sectores donde esto sea posible.

Una estrategia de “tensionamiento” de la negociación colectiva que impactará de lleno sobre miles de mesas donde se negocian las normas y salarios de empresas y sectores.

Hasta marzo, y aún antes de que empezara esa estrategia, la inflación ha dejado ya su huella en los salarios pactados en convenio, probablemente por efecto de las cláusulas de revisión salarial.

Aunque solo un 30% de los trabajadores gozan de este seguro antiinflación, su peso ha dejado huella en la estadística.

De media los salarios subieron hasta marzo un 2,36%. Un salto de ocho décimas respecto a diciembre — 1,5% —. Que se dejó notar casi inmediatamente al arrancar el año, lo que ofrece pistas sobre la responsabilidad de esas cláusulas en esa súbita crecida de los salarios, teniendo en cuenta que la inflación acabó en el 6,5% el año, y que ese fue el nivel de referencia que tomaron los convenios para actualizar las rentas

La industria, uno de los sectores con mayor presencia sindical, fue la actividad con la mayor subida salarial en ese plazo; al pasar del 1,24% con que finalizó el año pasado, al 3,06% registrado de media en marzo.

Una subida que supone duplicar el ritmo de crecimiento de los salarios y que afecta a 1,63 millones de trabajadores — aunque se trata de una media, hay que recordar—. Y que pese a ello se sitúa aún lejos del 9,8% que marcó la inflación interanual en ese mes; casi tres veces más que el alza salarial pactada en esa rama industrial.

Le sigue la construcción, con un alza incluso algo mayor — del 3,15% —, si bien esta afecta tan solo a 50.000 trabajadores, que partían además de una subida media cercana al 2,4% al finalizar 2021.

Mientras tanto los servicios, el gigante empleador en España, pactó un alza salarial del 2% hasta marzo, apenas medio punto más que tres meses atrás, al cierre de 2021, afectando eso sí a a 3,16 millones de personas, según indican las estadísticas del ministerio de Trabajo.

Huelgas y tensión

Buena parte de los convenios colectivos deberán negociarse aún este 2022. De hecho el número de trabajadores que tienen su convenio firmado o renovado apenas alcanza la mitad que un año normal; unos 5 millones escasos, frente a los 10 u 11 millones que cada año fijan sobre el papel del Boletín Oficial del Estado (BOE) sus condiciones laborales.

La pandemia ralentizó el año pasado, y el anterior, la firma y renovación de convenios colectivos. Pero este año la mejora de las condiciones sanitarias alienta una intensa renovación de las condiciones laborales, que deberá realizarse en un contexto de alta inflación y sin la ayuda de una guía estatal que oriente a los negociadores de cada una de las mesas donde se discuten estos pactos.

Una situación difícil que afecta a sectores como el de los teleoperadores o contact center, que han anunciado la primera de una serie de huelgas ya la la próxima semana; y a una larga lista de sectores y empresas, empezando por las TIC, los servicios de prevención ajenos y las ingenierías, que suman entre todos unos 750.000 trabajadores, cuyos representantes han dejado ya sentir su descontento con las propuestas patronales en torno a los salarios.

Hoy por ejemplo los trabajadores de Repsol se plantaron a las puertas de la junta de accionistas de la petrolera para acusar de cicatería a sus gestores, a la hora de repartir por la vía salarial los intensos beneficios obtenidos por la empresa. “Habrá confrontación”, avisaron los sindicatos de la energética para el caso de que la dirección no reconsidere sus “posiciones regresivas” en relación al convenio.

Un fiasco al que patronos y sindicatos responderán elaborando por su cuenta sus propias guías, y no una conjunta, como otros años, sobre lo que hay que pedir cuando se negocie un convenio.

La movilización y el conflicto serán inevitables”, destacaron ayer en CCOO, en tanto que sus colegas de UGT subrayaron que, pese al desacuerdo en salarios, tratarán de salvar otros puntos que incluía el pacto, como el desarrollo del teletrabajo o el aterrizaje en las empresas y sectores de la nueva reforma laboral.

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