Kantfish relaciona el fenómeno de la Gran Renuncia con el auge de los criptoactivos

13/05/2022

Emanuele Giusto Kantfish. "El sistema crypto funciona mejor, es más eficaz y más barato, por lo que crea un entorno laboral mucho más agradable y funcional".

Cinco millones de estadounidenses dejan el trabajo cada día. La llamada Gran Renuncia está provocando que un gran número de personas dejen sus trabajos tradicionales para vivir de otra manera, es el efecto de una respuesta colectiva a una generalizada insatisfacción ante los problemas crónicos de nuestro sistema actual. En Italia, por ejemplo, según los recientes estudios de la Asociación Nacional de Recursos Humanos se vive un boom que ha provocado que el 60% de los jóvenes menores de 35 años dejen su trabajo. Las nuevas generaciones hablan un idioma desconocido por los ancianos. Los jóvenes de la generación Z y los menos jóvenes millenials están construyendo un mundo alternativo a aquel productivista dibujado por los baby boomers. La transformación digital ha modificado el panorama social, económico y laboral en todos los sectores. Y la información global ha llevado a nuevas tendencias colectivas.

El mundo crypto, como nuevo network de personas, con sus corolarios como la democratización de la finanza, el crecimiento del mundo paralelo del Metaverso que se propone como el nuevo internet, o la multiplicación del valor y la facilidad de intercambio -por nombrar solo algunos aspectos-  es la manifestación de la necesidad de una alternativa con respecto al sistema tradicional, verticista, jerárquico y productivista, que genera una sociedad polarizada, poco reactiva en cuestiones fundamentales como el colapso ambiental, con cada vez menos poder adquisitivo, menos derechos, más control y más depresión, que se confirma como una pandemia de nuestros tiempos.

Lo que parece un futuro distópico es en realidad un presente vivo y actual. La huida de este modelo está manifestada por el fenómeno crypto que mundialmente ha generado un cerebro colectivo de personas muy distintas, sin fronteras y basado en la inclusión, que utiliza la nueva herramienta y el nuevo esquema descentralizado para crear proyectos eficaces, para promover todo tipo de soluciones a nuestras necesidades concretas.

Hasta hoy, el mundo crypto ha crecido sin necesidad de financiación pública, sin necesitar el control y el permiso de nadie. El pueblo programador mundial ha empezado a construir una alternativa que se hibrida con el sistema actual. Y funciona. Por eso mueve montañas de capital y una mastodóntica cantidad de gente se une a la construcción de la infraestructura digital crypto. Por eso también, los mayores bancos del mundo se han subido al carro de la tecnología y del mercado crypto. Porque es como “la rueda”, es un sistema más eficiente.

No se trata, como creen algunos, de un sistema para especular. El movimiento crypto mayoritariamente ha nacido para solucionar problemas reales, para trabajar de una forma percibida como más eficaz, más afín a la necesidad de los ciudadanos. Un sistema dibujado para las necesidades de una población global y digital.

El esquema crypto está basado en el concepto de descentralización y de redistribución. La redistribución es un punto estructural del mundo crypto. Es el punto focal de reacción a la polarización extrema producida por nuestro sistema actual donde el 1% tiene como el 99%.

Los beneficios del mundo crypto son para todos los propietarios de los tokens de governance del proyecto. La descentralización es la estrategia del sistema blockchain que se traduce también en nuevas formas de organización de las empresas, como el caso del concepto empresarial Dao (Decentralized Autonomous Organization).

Nadie quiere seguir viviendo en un mundo donde el 1%, cada vez más rico y poderoso, es incapaz de traducir este poder en decisiones importantes como el clima, la paz, la extensión de los derechos y la misma redistribución de las riquezas. El mundo productivista se basa en unos pocos objetivos fundamentales, que tienen la producción como elemento principal. Sin embargo, la población mundial necesita un abanico infinito de objetivos micro y macro, cotidianos y trascendentes para poder llamar progreso a nuestra evolución. Por eso, cada vez más ciudadanos del globo eligen el I quit, “lo dejo”. La Gran Renuncia. Porque el sistema actual no se demuestra ya eficaz.

Un mundo interconectado tiene que manejar una cantidad de datos nunca registrada hasta la época actual. El sistema burocrático y verticista, donde una oligarquía toma la decisión para todo ya no se demuestra capaz de metabolizar toda esta información. Tampoco su conocimiento tecnológico es superior a la masa. El intermediario burocrático con el nuevo mundo crypto se demuestra innecesario.

 

Según un estudio realizado por la plataforma LinkedIn, durante el año 2021 se observó que los trabajos vinculados con blockchain y el mundo crypto aumentaron un 365%. El lockdown ha abierto las puertas a muchos ciudadanos para entender que tener más tiempo significa tener mayor calidad de vida. Nuestro progreso tecnológico tiene que llevar a considerar como central el bienestar humano, más allá de la producción o del mercado.

La crisis económica y social que se vive hoy en día y que está llevando a muchos a cambiar sus puestos de trabajo por otros relacionados con las nuevas tecnologías, no está solo ligada al dinero; es una pandemia de depresión y soledad fruto del productivismo que promueve la violenta competición continua sin que haya ningún sentido humanista detrás.

En el mundo crypto es suficiente un móvil, una conexión a internet y pocos dólares para entrar en el mundo financiero global. Algo que nunca había ocurrido antes. Algo sin duda revolucionario en un mundo actual donde dos tercios de los ciudadanos del planeta no tienen acceso a una cuenta en un banco.

Las finanzas descentralizadas DeFi han creado nuevos puestos de trabajo y a la vez, han permitido el acceso a un mundo nuevo para los ahorros y fondos de los pequeños inversores, democratizando el acceso a la rentabilidad y al ahorro de toda la población. El mundo crypto ha permitido aumentar de esta forma las posibilidades de inversión a toda la geografía mundial, abriendo las finanzas a quienes hasta ahora no tenían acceso ni a una cuenta en un banco.

Se han creado más de 13.000 cryptomonedas. Cada divisa digital puede ser un gran proyecto empresarial que resuelva un problema colectivo importante, una gran ocasión de inversión o un proyecto fallido. El sistema crypto funciona mejor, es más eficaz y más barato, por lo que crea un entorno laboral mucho más agradable y funcional. Desde la llegada de las cryptomonedas se puede participar activamente en el crecimiento de la comunidad laboral desde el teléfono móvil y de forma sencilla.

De esta manera, se está creando una sociedad en la que todo el mundo participa y puede recibir unos congruos beneficios. Los cambios económicos y sociales que están provocando las divisas digitales ayudan a acabar con el sistema económico y social actual, completamente polarizado, en el que el 99% de la riqueza existente en el mundo se reparte entre el 1% de la población.

 

 

Emanuele Giusto Kantfish, autor de “CryptoJungla»

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