Adecco, la empresa de trabajo temporal (ETT), ha pedido hoy “cautela” respecto a los efectos de la reforma laboral sobre la precariedad y la duración de los contratos. En su primer Observatorio trimestral del mercado de trabajo, la ETT constata una reducción generalizada en la duración de los contratos iniciales (una parte tan solo de todos los contratos). Expresas sus dudas sobre las posibilidades de formación e ingresos de quienes firmen un contrato fijo discontinuo. Y AÑADIR
El informe se centra en la duración de los contratos indefinidos y su posible evolución, tras los cambios experimentados a raíz de la última reforma laboral; así como en el contrato fijo discontinuo, el contrato estrella de la reforma, a cuyos beneficiarios la ETT les augura pocas posibilidades de formación, salvo en contados sectores, y apenas dos meses de trabajo al año, a cambio de su disponibilidad.
En esta línea, el análisis, que también lamenta la pérdida de flexibilidad que supone la contratación temporal hoy proscrita, se centra además en la duración de los contratos, y en su relación con el volumen total de ocupados, la llamada rotación laboral.
Los autores piden “cautela” a la hora de echar las campanas al vuelo cuando se evalúan los efectos de la reforma sobre la contratación. En general sus mayores dudas se centran en el futuro de las personas se que sean contratadas mediante la fórmula del fijo discontinuo.
Fijos, no; indefinidos
Aunque citan “voces” muy diversas, que defienden tesis incluso opuestas, los autores del Observatorio analizan además algunos datos como los contratos iniciales y la tasa de rotación.
En este sentido recuerdan que lejos de ser fijos, los contratos indefinidos antes de la reforma también presentaban una tasa de rotación muy elevada. Cuatro de cada diez de hecho se consideraban de corta duración, al durar menos de un año, en ese período en que estuvo en vigor la anterior normativa laboral, inaugurada en 2012.
En cuanto a los contratos iniciales, el informe detalla la disminución de su número, aunque generalmente en comparaciones poco significativas, como la mensual; en tanto que otras comparaciones como la anual presentan problemas este año debido a la mayor afectación de la pandemia el año pasado.
En cuanto a la rotación, los autores analizan qué está sucediendo con los trabajadores contratados de forma indefinida. Utilizan para ello una ratio de rotación, que relaciona por un lado el número de contratos, y por otro el número de afiliados con ese contrato en la Seguridad Social.
Los datos concluyen que la ratio que mide la rotación de los trabajadores con contrato indefinido ha aumentado en el mes de abril; algo que sugiere que los trabajadores ‘aguantan’ menos tiempo en su puesto de trabajo; si bien, en nuestra opinión, su incremento es poco sorprendente, habida cuenta de la avalancha de contratos indefinidos que se firmaron en dicho mes de abril, en torno a medio millón.
También miden la ratio o rotación de los trabajadores fijos discontinuos, un 32,28%; que duplica la rotación de los trabajadores temporales, advierten; “lo que parece ser un efecto indeseado, pero no por ello imprevisto, de la reforma laboral”, concluyen.
El informe, que pide —con razón— cautela a la hora de evaluar los efectos de la última reforma laboral, cuyos últimos elementos no terminarán de desplegarse hasta 2025, parece en cambio sacar conclusiones de estos datos sobre rotación, a pesar de que, en otro apartado, también reconoce la conversión masiva de contratos temporales en fijos discontinuos, lo que podría estar distorsionando temporalmente ambas series sobre la rotación de temporales y fijos discontinuos.
En esta línea el informe se atrinchera también en un descenso de los contratos iniciales, a pesar del momento de gran turbulencia en el mercado de trabajo, provocado por la reforma laboral, lo que hace poco significativos esos resultados, según algunas voces.
Por otro lado, en relación a la duración de los contratos, los expertos de Adecco tampoco añaden nada nuevo respecto a lo dicho por los sindicatos, por ejemplo, quienes piden retrasar cualquier juicio en relación a la duración de los contratos hasta que transcurra algún tiempo.
Dudas sobre el fijo discontinuo
Acierta en cambio el Observatorio al recoger todas las dudas que genera el contrato fijo discontinuo en cuanto a la estabilidad y las posibilidades de escapar de la precariedad de quienes firmen alguno de estos compromisos.
Así el informe recuerda que las empresas no tienen obligación de llamar a las personas que firmen un contrato fijo discontinuo si no tienen suficiente carga de trabajo. Y que esto puede conducir a algunas personas a trabajar apenas dos meses al año. Un plazo muy corto que les impedirá no solo conseguir suficientes ingresos sino también alcanzar la suficiente cotización como para generar derecho a cobrar la prestación por desempleo, subrayan.
Además, aventuran que muy pocos sectores o empresas ofrecerán formación a los trabajadores en los períodos de inactividad que deja el contrato fijo discontinuo. Entre estos sectores citan algunos como la construcción o las empresas contratistas, en tanto que, en relación con las empresas, la ETT apuesta por estas empresas de trabajo temporal como posibles formadoras de la la mano de obra.
Además, el Observatorio expone algunas duras sobre el futuro Estatuto del Becario —“relación hasta ahora no laboral”, aclara, pese a que el futuro Estatuto tampoco la prevea— .
“Que la reformas laboral está transformando el mercado es un hecho”, agrega. “Pero hay bastante consenso” en que “tendrán que pasar meses para ver el resultado final” en cuanto al fomento del contrato fijo discontinuo y sus cambios en la precariedad, concluye.
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