El espíritu que contra los catalanes vale todo se está extendiendo. Las escuchas a políticos, abogados o periodistas catalanes no cuentan con la debida diligencia de los jueces en las tramitación denuncias que se han presentado para tratar de poner luz a lo sucedido mientras algunos partidos consideran que a los “catalanes se les espía poco”. El interés para clarificar este espionaje es más bien nulo
Mientras Pedro Sánchez alardea que el diálogo con Catalunya se ha restablecido y las relaciones con las instituciones catalanas se ha normalizado, uno constata que la mesa del diálogo fue una apuesta de márqueting sin más recorrido que la palabrería y con un resultado estéril. Parece que en La Moncloa no tienen más proyecto para Catalunya que dar largas y dejar pasar el tiempo, confiando que las guerras intestinas de los partidos nacionalistas lo tapen todo. Incluso la reclamación del presidente Aragonés de reunirse con urgencia con su homólogo en La Moncloa fue aceptada inmediatamente, pero se dejó para Dios y la historia fijar una fecha para el encuentro. Al fin y al cabo hablar con los catalanes hace perder votos a quien lo intenta. Además los socialistas han descubierto que para sacar sus propuestas adelante, una vez roto la mayoría de la investidura, siempre tendrán al PP de Feijoo que les sacará las castañas del fuego.
En este contexto no es extraño que un partido que se asemeja mucho al fascismo, como es VOX, en su programa electoral para Andalucía no dude en poner como tema prioritario de su campaña acabar con la autonomía de Catalunya, como si ello fuera competencia del Parlamento andaluz. Pero esta propuesta no parece escandalizar a nadie.
Mariano Rajoy, cuando era presidente del Gobierno, en varias de sus visitas a Barcelona, fue repitiendo a lo largo de los años la promesa de una lluvia de millones (unos diez mil) que el Estado tenía planteado en obras de infraestructura para esta comunidad. Cada vez lo hacía como una propuesta diferente, pero el contenido era el mismo y la promesa se desvanecía instantes después de ser anunciada.
Ahora el ministerio de Hacienda ha publicado los datos sobre la ejecución de los actuales presupuestos, pactados entre otros con ERC. El resultado es que sólo se han ejecutado 778 millones de los 2.068 presupuestados, concretamente el 35,8%, mientras en otras comunidades las inversiones se han duplicado.
Parece evidente que el espíritu del catalangate, las cloacas del Estado, las policías patrióticas… ha calado en muchos otros sectores y lo aplican a rajatabla.
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